CAPÍTULO ONCE Ahora Thanos caminaba por la isla con Ceres cada mañana, disfrutando del sol brillante de Haylon, de la diligencia con la que trabajaba allí la gente en las defensas. Disfrutando simplemente de estar con ella. Solo hacía unos días que estaban en la isla, y ya daba la sensación de que la isla era el único lugar para los dos. El lugar perfecto. Tal vez estarían allí para siempre. Desde que llegaron, ese pensamiento le venía cada vez más. Este pensamiento había crecido también, hasta convertirse en algo más que un sueño, hasta transformarse en algo firme, real y seguro. Ahora mismo, estaban visitando de nuevo las defensas, subiendo a los acantilados para observar cómo los hombres trabajaban para construir formaciones de roca artificial mientras la marea estaba baja. —Si inte