Natalia había subido para sentarse al lado de su esposo en el suelo sosteniéndose de la cama, no dijo nada si no mantuvieron el silencio porque sabían que no estaban en las mejores condiciones. Además, si ella quería seguir ejecutando su plan debía iniciar a calmar sus ánimos porque si no iba a lograr era perderlo, así que decidió voltear a verlo y entrelazar sus manos con la de Cristian. — Perdóname por mi actitud, de pronto son síntomas del embarazo — Justificó mintiendo mirándolo a los ojos —, Solo tengo miedo de perderte con tantos cambios que han sucedido en nuestra vida. — Debes confiar en mí, porque si no; no saldremos adelante — Manifestó mirándola con culpa —, Emma es solo una amiga y Marisol es mi hija, es algo que debes entender. — Si, pero tú también debes separar