Anne
Sentí un nudo en la garganta mientras arrastraba la pesada maleta mal cerrada y caminaba lo más rápido y trataba de salir del edificio donde London me hizo suya una y mil veces.
Mis ojos ardían y los cerré durante unos segundos, aún las personas caminaban por la ciudad aglomerados, limpie mis lágrimas y detuve un taxi.
Antes de poner un pie dentro del taxi, mire hacia atrás con la esperanza de que London apareciera como un loco gritando mi nombre para retenerme, pero obviamente no lo hizo.
Saque mis audífonos y le puse el playlist aleatorio, involuntariamente de mis ojos bajaron unas cuantas lágrimas, desbloque mi teléfono y sin pensarlo reserve el primer vuelo hacia Nueva York que salía en dos horas.
Mis dedos marcaron el número de London y al instante contesto.
-¿Te has arrepe
