Capitulo 3

2712 Words
Anne Me di una mirada en el espejo del hotel, el vestido me quedaba perfecto, era un vestido azul eléctrico ceñido que llegaba arriba de mis rodillas, y tenía la parte de la espalda descubierta, deje mi cabello suelto, lo había alisado hace poco, No me maquille mucho, mis labios los deje pintados de un fuerte rojo nude y me coloque un poco de fragancia, camine hasta la terraza y me quede observando unos minutos la ciudad. Su mirada, su cuerpo, su voz, su nueva personalidad, ahora es todo un caballero... ¿Qué puedo decir a eso?, me encanta el nuevo London, pero aún recuerdo nuestra adolescencia, mis pensamientos fueron interrumpidos por el timbre de mi teléfono, era Theo, conteste rápidamente. -Hola TT- Respondí con una sonrisa-. -Cariño, New York sin ti es tan aburrido- Dijo en un suspiro-. -Sabes que volveré en unos días y te invitaré a comer – Respondí riendo-. ¿Cómo fue tu cita con Matthew?- Pregunté-. -Hicimos temblar el edificio – Respondió orgulloso-. -¡Theo! No quería saber eso- Grite entre risas y un poco avergonzada-. -La verdad, es que Matthew me gusta mucho, llevamos un año saliendo, y quiero presentarlo a mi padre- Su voz se apago-. -¿Estas seguro?- Pregunté-. -Sí, ya es hora de dar el siguiente paso- Dijo-. -Espero que todo salga bien, tengo algo que decirte- Susurre -. -¿Todo bien?- Preguntó con cautela-. -¿Recuerdas a London?- Pregunté-. -¡Oh Sí!- Chillo emocionado- Lo vi hace poco en la gran manzana y esta buenísimo – Jadeo -. -¿¡Que!? ¿¡Porque no me dijiste!?- Pregunté sorprendida-. -No lo sé, lo olvide- Respondió riendo-. -Lo vi hoy en casa de Anna y me ha invitado a salir- Recordé su mirada— -¿Aceptaste?-. -Sí-. -¡Bien!- Chillo en mi oído -. -Es muy diferente a la última vez que lo vi- recordé sus palabras-. -Lo creo, tengo que irme Andrew y yo iremos al Mall un rato- Dijo casi puedo jurar que sus ojos tienen forma de corazones-. -Bien, te llamo mañana-. Colgué e inmediatamente recibí un mensaje de London. "Estoy fuera" Respondí "Voy bajando" No recibí mensaje de su parte, tomé mi bolso de mano y Salí de la habitación, presione el botón del elevador , unos segundos después se abrieron las puertas y me adentre en el, ,las piernas me tiemblan descaradamente y trato de calmarme pero no puedo, un sexy hombre me espera abajo, llegue a la primera planta y me encamine hacia la recepción para que no trasmitan llamadas al teléfono de la habitación, me encamine hacia la gran salida del hotel. Y ahí estaba el. Tan guapo, tan alto, tan frio, tan misterioso, tan London... Estaba recostado en su auto con las manos en los bolsillos observando distraídamente los autos que pasaban, me encamine hasta el , el sonido de mis tacones lo hicieron volver la mirada hacia mi, me repaso de arriba abajo y luego mostro una sonrisa ladeada, me detuve frente a el con una sonrisa y el acerco su rostro al mío, un suspiro separaba mis labios de los suyos, cuando pensé que me besaría se llevo mi mano a los labios, besando mis nudillos. -Estas muy hermosa esta noche- Susurro mirando mis ojos-. -Gracias, lo mismo digo- Dije sonrojada-. El abrió la puerta del copiloto para mi y me adentre en el, no cerro la puerta hasta que abroche mi cinturón, rodeo el auto y se adentro en el. -¿Dónde vamos?- Pregunté mirando por la ventana-. -Es una sorpresa- Dijo doblando en una esquina-. Manejo por las calles alumbradas por las luces nocturnas. Llegamos al Restaurante Nick & Stef Steakhouse Me abrió la puerta y nos adentramos. Una chica nos llevo hasta nuestra mesa, ella volvió con los menú y yo mantuve mi vista fija en el menú , me decidí por unas buenas carnes y papas al horno y el pidió lo mismo, y también DOMAINE PIERRE DAMOY. Ella se retiro y yo bebí un poco de agua de mi copa, alce la mirada y lo encontré observándome. -¿Qué?- Pregunté sonrojada-. -Estoy muy feliz de volver a verte- Respondió sin parpadear-. Asentí. El observo el lugar detalladamente. -Ya hemos hablado mucho de mi esta tarde. ¿Por qué no me hablas de ti?- Preguntó volviendo la mirada hacia mi-. -No hay mucho que decir- Se acomodó en el asiento- Vivo en New York, y trabajo en la empresa de mi padre aveces, he hecho algunas secciones de foto etc- Dije y el encarno una ceja-. -¿Sólo eso?- Preguntó pasando la lengua por sus labios-. No pude evitar mirar detalladamente ese gesto, el brillo en sus labios me hizo morderme el labio, junte mis piernas cuando sentí un leve calor ahí abajo. -Vivo mi vida al máximo si es lo que te estas preguntando- Respondí -. La mesera llego con nuestros platos y nos dejó la botella de vino sobre la mesa, él se ofreció a descorcharla. Mientras yo probaba la carne, miraba a London descorchar la botella, en cuanto lo hizo me miro, la pregunta que me hizo me dejo sin aliento. -¿Sabes que estoy haciendo negocios con tu padre?- Pregunto sirviendo vino en mi copa-. Negué y seguí comiendo, el hizo lo mismo. -¿Cómo te va en Chicago?- Pregunté-. El termino de masticar y los engranajes en su cabeza empezaron a trabajar, ¿Por qué le da tantas vueltas a la pregunta?. -Bien- Bebió un poco de vino-. -¿Cómo van las cosas entre Marlon y tu?- Pregunté-. -Realmente no quiero hablar de eso ¿sí?- Respondió cortante-. -Bien, ¿Cuánto termina tu visita en esta ciudad?-. -Cuando quiera, tengo un apartamento aquí, podríamos beber algo ahí- Me miro- Si quieres-. El hormigueo en mi entrepierna no paraba, ¿Me esta proponiendo algo?, sus ojos brillaban y en sus labios bailaba una sonrisa, la verdad es que hace algún tiempo que no tengo diversión. -Claro- Respondí ofreciéndole una sonrisa-. La cena culmino después de nuestro postre, hemos charlado mucho, hemos hablado mucho sobre mi y algunas veces sobre su empresa, London es tan diferente ahora, ya camino a su apartamento el hablaba por teléfono sobre algo de su empresa, estaba realmente serio. Se detuvo en un gran edificio lujoso y marco un código y luego coloco su mano ahí, se abrierón las puertas y se adentró a un estacionamiento subterráneo donde todos eran carros lujosos, lo estaciono y apago el auto, salí del auto y esperé que terminará de cerrar el auto, todo es sumamente fino aquí, se junto a mi y caminamos hasta el elevador, ya dentro marco un código y puso nuevamente su palma ahí, el elevador nos llevo hasta el último piso y se abrió dejando a la vista un fino apartamento, lo primero que se ve cuando se abren las puertas del elevador es un gran ventanal del suelo hasta el techo, dejando a la vista la cuidad, él coloco su mano en la parte baja de mi espalda haciendo que avanzará dentro del gran lugar, las luces se encendieron, dejando a la vista una gran sala de estar, podía visualizar la moderna cocina que se encontraba en el lugar, su aroma invadió mi nariz. -¿Puedo? –Señalo las habitaciones del otro lado del vestíbulo. -Por supuesto. Como si estuvieras en tu casa. Entro en el salón y me dirigió a las ventanas de suelo a techo-. -Las vistas son increíbles- Dije sin quitar la vista de la ciudad-. —Lo compré por esa razón- Respondió con una sonrisa- ¿Quieres algo de beber?-.Asentí-. El volvió con dos vasos que contenían un líquido ámbar, bourbon por supuesto. Me aparto de la ventana para echar un vistazo al resto del piso, que consiste en un espacioso salón, una cocina que parece realmente nueva, un despacho -¿Quieres ver el resto?- Pregunta a mis espaldas-. -Me encantaría-. Tras descubrir algunos lugares decidí que era suficiente, el me miraba con un brillo en los ojos, termine de beberme mi bourbon, y realmente me siento atrevida esta noche, y la pienso disfrutar, me acerque a el y coloque su mano en mi cintura, alce la mirada y mi pregunta me sorprendió a mi misma. -Me trajiste aquí por una razón ¿no?- Lo que vi en sus ojos fue fuego-. Sonrió mirando mi rostro y yo mire sus labios. Su mirada dorada y hambrienta está cargada de placenteras promesas. Me pasa un brazo por la espalda sin dejar de caminar y me lleva firmemente apretada contra su pecho. Le paso los dedos por su pelo suave y despeinado, Su boca se adueña de la mía, su beso no era delicado, era fuerte y firme, dejándome con ganas de más, subió la escalera conmigo enganchada a su cuerpo, hasta llegar a su habitación, quita rápidamente sus zapatos mientras me quita el vestido, luego va por el sostén sin tirantes de encaje n***o. Hunde los dedos en el elástico de mis bragas y las baja lentamente por mis piernas mientras se pone de rodillas. Levanto los pies para que pueda quitar mis bragas, su caricia es tan ardiente y feroz en mi piel tan sensible que ha desatado una tormenta en mí y un tsunami líquido fluye de mi entrepierna. Miro hacia abajo para observarlo y veo que mi pecho sube y baja cuando respiro. London provoca reacciones de lo más increíble en mí. Estoy indefensa ante él. No hay solución. No tengo remedio. Su mirada encuentra la mía. -Creo que dejaré que te corras tú primero —dice con voz ronca-. Luego te voy a partir en dos. No me pidas que pare porque no lo haré. Trago saliva ante su apasionada promesa y él recorre con las palmas de las manos mis piernas, desde los tobillos hasta las nalgas, y luego tira de mí hacia su boca impaciente. Su invasión me reduce a una montaña de gemidos. Su lengua se pasea por todo mi ser, de forma experta, con un propósito. Mis manos encuentran su pelo y mis caderas trazan círculos hacia su boca sin que mi cerebro les diga nada. Echo la cabeza atrás -Mierda -gimo mientras mi sexo palpita y se acelera hasta llegar a una vibración constante-. -Deliciosa- masculla contra mi piel, cosa que sólo sirve para acercarme un poco más al éxtasis Siento una de sus manos deslizarse por mis nalgas hasta el interior del muslo. Introduce un dedo en mí. Con un grito desesperado le suelto la cabeza para apoyarme en la pared en busca de un punto de sujeción; su dedo se mueve en círculos, ensanchándome y rozando la pared delantera en cada rotación. Estoy a punto. Mis músculos se aferran a su dedo con avidez. -Dime cuándo, Anne-. Mete otro dedo y empuja la mano más adentro. Entre eso y la vibración de su lengua contra mi clítoris, no puedo más. —¡Ya está! ¡SI! —grito empujando mis caderas hacia su boca, intentando que la sensación disminuya de intensidad. Una nueva arremetida acaba conmigo, y me empotro contra la encimera entre violentos temblores. El corazón se me va a salir del pecho. Aminora el ritmo y me acaricia con suavidad, dejando que vague y me tranquilice con un suspiro hondo y satisfecho. -Tú tampoco estás mal -digo al tiempo que dejo caer la cabeza sobre el pecho para mirarlo. Levanta la vista pero no aparta la boca de mí, me centro en cómo se pone de pie sin dejar de lamerme durante su ascenso. Llega a mi pezón, lo mordisquea ligeramente y luego me pasa el brazo por el culo para levantarme y hacer que nuestros ojos queden a la misma altura. -¿Estás lista para que te follen como Dios manda?-. -Sí, Joder- Dije dándole la mirada de "cógeme". Le cojo una muñeca y le quito los gemelos de la camisa, luego hago lo mismo con la otra y se la quito por los hombros. Deja los brazos laxos y ladea la cabeza, mirando cómo le bajo la bragueta. Mis manos se deslizan por sus caderas, bajo sus bóxeres, y le quito a la vez los pantalones y la ropa interior haciéndolos descender por la piel suave y tersa de su culo y sus caderas. Su erección, larga y gruesa, aparece entre sus piernas, seductora. Provoca toda clase de deseos en mí y no me ayuda que sus abdominales se tensen bajo mis caricias cuando mis manos ascienden por su torso, maravilladas ante su belleza. Se coloca un condón rápidamente . -No puedo esperar más. Necesito estar dentro de ti. -Termina de quitarse los pantalones, me levanta del suelo y le rodeo la cintura con las piernas. Parpadeo cuando su polla me roza en lo más íntimo mientras me lleva contra la pared. Me empuja contra la pintura fría y siento su erección caliente y resbaladiza presionando contra mi sexo y entrando en mí sólo un poco. Respira con fuerza y deja caer la cabeza en mi cuello mientras se prepara para invadirme. Muevo las caderas y desciendo sobre él. Pero aún no entra entera. -Me vas a matar -gime mientras se queda quieto dentro de mí-. Retira las manos de mi espalda y las apoya contra la pared. Poco a poco, recobra el aliento y luego arremete contra mí con una exhalación. Gimo.  Su asalto ardiente y palpitante hace que cambie las manos de lugar y le clave las uñas en la espalda. Apoya la frente en la mía y empieza a entrar y a salir de mí. Suspiro con cada estocada mientras él prosigue a un ritmo constante. Joder, es perfecto. Empiezo a resbalar sobre su piel húmeda, nuestros alientos se mezclan en los escasos milímetros que hay entre nuestras bocas. -Bésame -jadea, y pego los labios a los suyos en busca de su lengua. Siento cómo un grito cobra forma en mi garganta cuando se echa hacia atrás, me embiste y me desliza pared arriba. Aprieto los muslos en su cintura con más fuerza para subir más y luego me dejo caer sobre él. —Por Dios, mujer, ¿Qué diablos me haces?-. ¡Lo mismo que me haces tú a mi! Me embiste de nuevo, una y otra vez, empujándome pared arriba, mientras yo me trago mis pequeños gritos y él me besa hasta dejarme sin respiración. -Llevo todo el día esperando esto. -Me embiste de nuevo-. Ha sido el puto día más largo de mi vida.-. -Mmm, no creo que pueda soportarlo más. -Estoy disfrutando pero también duele. -Lo estas haciendo bien, sé que puedes soportar un poco más-dice al tiempo que se hunde más profundamente en mi interior. -¡London! -Ya no aguanto más. Los movimientos suaves y calmados se están desvaneciendo. Ahora son estocadas firmes y más agresivas. «¡Vayas embestidas!» Estoy sudando la gota gorda. Clavo las uñas sin piedad en su espalda. -¡Mierda, Anne! -exclama, y unas gotas de su sudor me caen encima—. Sé que vas a correrte. -¡Sí!- Grito-. Murmura algo en mi boca. No aguanto más. Me ataca con una energía tan feroz y exploto. El abismo de placer llegan al punto álgido y se dispersan en ondas expansivas. Le clavo más las uñas y le muerdo el labio sin piedad. Dejo caer la frente sobre su piel suda, allá donde el cuello se funde con el hombro, y echo la cabeza a un lado mientras tiemblo sin control contra su cuerpo. -¡Anne! -grita mientras se retira y se adentra en mí, vuelve a salir despacio y a entrar en mí con fuerza. Llega a su clímax y varias oleadas de contracciones se extienden por mi cuerpo. Gime, luego deja que nos deslicemos hasta el suelo y cae de espaldas, agotado y sudoroso. Me incorporo como puedo y me subo encima de él. Apoyo las manos en su pecho suave y me restriego contra sus caderas. London lleva los brazos por encima de la cabeza y observo que su respiración se va calmando a la vez que la mía. Chorreamos, exhaustos, y más que satisfechos. ******************************************************************************************* ¡Alerta! Nuevo capitulo Alerta Hot +18
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