Elissa sintió que el corazón se le detenía, literalmente. Alzó las cejas, sorprendida, y abrió la boca para decir algo, aunque no sabía qué decir. Oliver acababa de decirle que se casaran y tuvieran un hijo, eso no podía ser cierto, ¿Verdad? Al menos no en el universo en que estaban en ese momento, trató de calmar a su atolondrado corazón que no entendía de lógica y seguía latiéndole como loco en el pecho. —Sé lo que parece, Elissa, pero tienes que escucharme. —Él la miró con cautela, temiendo su reacción. —Tiene que ser una broma, ¿Cierto? Digo, ja, ja, no fue divertido en mi absoluto, Spyrou —espetó y le dirigió una mirada iracunda, no quería bromas de ese tipo, y lo peor, que, aunque fueran una broma le causaran tremendo revoltijo de emociones. Oliver acarició su pierna con el dedo