De repente se encontró imaginando a la chica del día anterior haciendo lo mismo y ella casi sentía que se desinflaba como un globo con aquel triste pensamiento. Cada que pensamientos así en los momentos menos indicados le llegaban, tenía muchísimas ganas de pegarse un cabezazo contra la pared. «Es solo sexo, es solo sexo. ¿Qué más da si tiene otras? No es como si con los del club que me he acostado yo hubiera sido la única... Es pura pasión, no haya nada serio sucediendo aquí... ¿cierto?», se repetía mentalmente una y otra vez, tratando de convencerse a sí misma. Elissa era abierta de mente, no creía mucho en eso de "amigos con derecho exclusivos". Algo contrario a lo que leía en aquellos libros románticos, contrario al tipo de relación que esperaba tener algún día; lo cierto es que ya t