Andrew en sus tiempos libres se dedicaba a escribir diferentes cosas eróticas dirigidas a su esposa, había algo en desahogarse sexualmente en letras que le hacía sentir muy liberado, aunque para ser honestos, le encantaba más aquella sensación de satisfacción al ver a Eve leerlos frente a él y no poder ocultar como su cuerpo reaccionaba ante cada palabra que su esposo le escribía. Este viaje no fue la excepción, la distancia estaba comenzando a ser un problema bastante complicado de llevar y más aún teniendo en cuenta que esta pareja mantenía una fuerte conexión s****l que podían aprovechar cada momento libre en su día a día, pero debido a este viaje esas cosas se habían puesto en pausa durante un tiempo. ¿Qué más quedaba por hacer? Videollamadas, sexting, masturbarse cada quién en sus