Cuando Marcos salió de la habitación encontró a Maite posando la cacerola sobre el velador. En cuanto Maite se giró, posó su mirada en el cuerpo descubierto de Marcos, sus ojos recorrieron ese abdomen cuadriculado y esos fuertes brazos que un día la alzaron como pluma cuando hicieron el amor. Recordar que en esa misma cama se debieron a besos, y que esa anchas manos la sosteniendo desde las nalgas para hacerla alcanzar decenas de órganos. Soltando un suspiro Maite cerró los ojos y desecho de su cabeza esos pensamientos eróticos que le causaba ese hombre, en cuanto a Marcos, este se acercó a ella y respiró muy cerca de su rostro, provocando así que la joven habrá los ojos. Cuándo Maite abrió los ojos encontró a Marcos solo a centímetros de ella, su respiración y la de él chocaban entre si