Todo el día nos la pasamos jugando como niños chiquitos, me encantaba pasar tiempo en familia. Simplemente me relaja.
Salí de la cabaña avisando que iría a patinar un rato, obviamente con mi mochila. Me puse mis guantes deportivos y mis audífonos encendiendo la música y perdiéndome en ella.
Veía todo tan hermoso, no sé cómo no me caía, ya que no miraba por dónde iba, siempre veía a mi alrededor. No sé cómo llegué a un lugar donde había una cascada y al final de ella un lago. Paré la patineta y me acerqué a contemplar de la naturaleza. Todo se veía tan perfecto, tan perfecto que me hizo sentir bien, y pude olvidar todos mis problemas por un momento.
Canté dejándome llevar por la música de mis audífonos. Siendo sincera, amaba cantar y creo que nadie lo sabe, ni mis padres. En medio de mi canto escuché algo detrás de mí y fue cuando me detuve.
Me volteé rápidamente a los árboles, pero no vi a nadie, ya que había muchas hojas por todas partes
-¿Hola?- hablé a la nada -¿Hay alguien ahí?- pregunté al no obtener respuesta y luego me burlé de mi misma. Si no me contestaron con el "hola" obviamente no me van a contestar el "hay alguien ahí" -Genial ahora hablo con los árboles, más loca no puedo estar- me dije a mi misma. Suspiré y tomé mi patineta para empezar mi camino de regreso a casa, sintiendo la necesidad de quedarme ahí -No hay nadie ahí, no vale la pena perder tu tiempo- me dije en susurro -Solo toma tu patineta y vete de ahí- me ordené, pero como siempre soy tan testaruda que me acerqué a los árboles con cuidado
Miraba por todas partes en busca de alguien, hablaba en voz alta para ver si alguien me contestaba.
-Se que me estás escuchando quien quiera que seas- dije apuntando a todas partes con mi dedo índice -¿Sabes? Me siento como una completa estúpida al hablar a la nada- comenté y reí tontamente -Es tan desesperante- dije revolviendo mi cabello, escuché como una rama crujió a mi derecha, rápidamente volteé y vi una sombra -¡Te encontré!- dije feliz, pero esa persona empezó a correr -¡Hey espera!- dije caminando hacia donde estaba, pero ya no había rastro de alguien -Genial- murmuré para mí misma. Bajé mi vista y vi un papel, lo tomé y al voltearlo vi a una mujer muy bonita.
Busqué alrededor del árbol si había algo más y encontré otra foto, era de esa misma mujer con un señor, cuatro niños de un año más o menos, un bebé y una bebé en brazos de la señora, todos sonriendo a la cámara. Esa foto me dio ternura se veían tan lindos todos. Guardé esas dos fotos en mi mochila para después tomar mi patineta he irme a la cabaña.
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Era domingo por la noche, Mike y yo estábamos en el parque de skate practicando.
-¡¿Cómo rayos puedes hacer eso?!- preguntó molesto y frustrado, ya que llevaba horas intentando hacer el heelflip en la patineta, pero no le sale y a mí sí
-Por práctica, lo lograrás solo tienes que seguir practicando- dije intentando que se tranquilizara, ya que estaba bastante enojado
-¡¿Pero por qué?! ¡Tú eres una niña, se supone que las niñas son débiles y no saben hacer nada!- exclamó y eso me molestó
-Solo por ser niñas no significa que no podamos hacer lo mismo que ustedes, tenemos la suficiente capacidad para hacer lo mismo- dije molesta por su comentario -No es mi culpa que no tengas la paciencia suficiente para esperar a que te salga- dije tomando mi skate para irme de ahí
-¡Perdón niña que puede hacer todo!- dijo sarcástico -¡No fue mi intención ofenderla, solo estoy diciendo la verdad!- exclamó alzando sus brazos al aire
-No estás diciendo la verdad porque si sería verdad no podría hacer lo que a ti no te sale- dije antes de enseñarle mi dedo de corazón he irme de ahí
Entré a la cabaña y enseguida fui a darme una ducha, mañana tenía escuela y no quería ir oliendo mal. Cuando terminé de bañarme me sequé el cabello y me acosté con mis cosas ya listas para mañana.
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Me desperté gracias a la alarma para empezar a arreglarme para el colegio. Me levanté de la cama perezosamente y me cambie sin prisa, ya que mi mamá había llamado al colegio diciendo que teníamos una "cita con el doctor para unos estudios de sangre". Me arreglé y una vez lista, bajé a desayunar y me encontré a todos con las maletas en la puerta.
-Buenos días- salude sentándome en la silla del comedor
-Buenos días- respondieron todos al unísono.
Todos estábamos cansados de ayer, como no estarlo, toda la tarde estuvimos jugando por todas partes. Cuando terminamos de desayunar fuimos a lavarnos los dientes y a asegurarnos de que no se olvide nada. Una vez revisado todo, salimos de la cabaña. Iba hasta atrás arrastrando la patineta, no me había olvidado de la discusión con Mike, maldito impulsivo. Guardé mi patineta y mochila en la cajuela para después subir a la camioneta he irnos de ahí para ir al maldito infierno de la vida o mejor conocida como la escuela.
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Después de 2 horas 14 minutos llegamos a la entrada de la escuela. Bajé la mochila de Marcelo y se la di para que vaya a despedirse de mamá y papá. Tomé mi mochila de la escuela y mi mochila de skate donde estaba el skate, como les mencioné antes, nadie la toca. Cerré la cajuela y me acerqué a la ventanilla de papá.
-Adiós papá, te quiero- le dije besándole la mejilla y esta sonrió. Caminé a la de mamá y repetí la acción
-Adiós mamá, te quiero- dije para besarle la mejilla
-Adiós- dijo cerrando la ventana. Mi hermano mayor bajó la ventana de atrás
-Adiós enana, tienes un buen día, pones atención y molestas a los profesores- dijo sonriéndome a lo que sonreí también
-¡Javier no le digas esas cosas!- le reprendió mi madre, a lo que él rodó los ojos
-Vale, adiós enana te quiero- dijo guiñando el ojo
-Adiós, también te quiero- dije para después caminar a la entrada donde me esperaba mi hermanito
-Que flojera venir a la escuela, ya quiero que sean vacaciones- suspiró soñador a lo que reí y le sacudí el cabello
-Falta poco pequeñín, falta poco- dije abrazándolo por los hombros -Te tengo una sorpresa- dije sonriendo mientras subíamos las escaleras
-¿Sorpresa?- preguntó emocionado -¿Qué es?- dijo sonriente
-Tendrás que esperar a la casa, es más te diré dónde está para que tú la tomes llegando a casa- le dije viendo su felicidad
-Si, dime dónde está- dijo emocionado
-Un lugar donde dejas y tomas, materiales escolares serán- dije mi acertijo de caca, pero algo es algo
-¿Qué? ¿Cómo quieres que sepa eso?- preguntó confuso a lo que reí
-Tendrás que averiguarlo para tu sorpresa- dije caminando para entrar a la parte de secundaria -Te quiero pequeño monstruo de pelos- dije alejándome de él
-Yo también te quiero- dijo despidiéndose con la mano. Empecé a caminar y luego escuché su gritó -¡Lo tengo, ya sé dónde está!- gritó feliz lo que me hizo reír
Subí las miles escaleras para llegar a mi salón y cuando al fin llegué todos me voltearon a ver cuando abrí la puerta.
-Buenas noches señorita Wilson- dijo la bruja de Física burlona a lo que todos rieron -¿Se quedó dormida?- preguntó la muy cínica
-No y no creo que le importe mucho, supongo que le debieron avisar- le contesté, tenía permiso de mi mamá de contestarle si me molestaba
-No, no me avisaron- dijo ella cruzándose de brazos
-Pues si no le avisaron fue porque no es tan importante como cree- dije sonriendo hipócrita mientras ella estaba enojada -Con permiso- dije guiñándole el ojo antes de cerrar la puerta y fuera a mi lugar mientras continuaba con la clase.
Dejé mis cosas en el banco y después fui por mis libros.
-¿Qué rayos fue eso?- preguntó en susurro Mel, ayudándome con los libros
-Lo que se merece esa bruja, no voy a dejar que esa vieja me haga sentir mal- dije honesta a lo que rió llamando las miradas de los demás
-Deberías hacer eso con los demás- me recomendó
-No puedo, sabes que con ella es diferente, con los demás no tengo problemas y podrían llamarme la atención- dije dejando mis libros en mi banco, al igual que ella los dejaba -Gracias- dije sonriéndole
-De nada- dijo terminando esta conversación en susurros
Para después sentarme y "poner atención" a la clase.