Me quedé sin habla, este hombre estaba insinuando que era su hija.
-Creo que se ha equivocado, no puedo ser su hija. Yo tengo a mi familia y he visto todo lo que pertenece a los papeles de registro y acta de nacimiento- dije segura de mis palabras.
-Eres tú Angélica, tú eres mi Emma- dijo seguro -Aquellas pruebas confirman que lo eres- dijo con un papel en su mano, me lo enseñó y si, decía 99% compatible.
-Es no es cierto- dije cerrando mis ojos fuertemente -Usted no es mi padre- dije segura.
-Hace 15 años te apartaron de mí, te llevaron con una familia para que estuvieras a salvo- decía y yo negaba con la cabeza -El día de la emboscada te separaron de nosotros, de tu verdadera familia- dijo y con eso lágrimas sin control caían por mis ojos.
-Claro que no, yo soy Angélica Wilson- dije segura. Entonces de su mano sacó una foto de una bebé con una muñeca, justo como la que tengo en mi cuarto.
-Esta eres tú Angélica, cuando eras niña- dijo con la foto frente a mí -¿Has visto esta foto?- preguntó y yo asentí con lágrimas cayendo por mi rostro -Y dime ¿Has visto la muñeca?- preguntó. Apreté mis labios y negué con la cabeza. Uno de los chicos se acercó con una mochila en mano y se la dio al hombre frente a mi -¿Es esta la muñeca?- preguntó con la muñeca en sus manos. Al mirarla un sollozo salió de mi, esa era la muñeca de la foto, esa que tanto le pregunté a mi madre dónde estaba, esa en la que hemos tenido peleas horribles -Las personas que han estado contigo todo este tiempo no son tus padres Angélica, te han utilizado todos estos años intentando no ir a prisión, ellos deciden hacerse cargo de una niña que ser retenidos. ¿Por qué no lo ves?- preguntó y yo lloraba a mares.
-No puedo- dije en susurro. Él me abrazó y yo escondí mi rostro en su cuello, sintiéndome protegida completamente.
-Si puedes, y te ayudaremos con eso- dijo acariciando mi cabello -Te han hecho tantos cambios- dijo en susurro. Se separó de mí y de mi mochila sacó las fotos del bosque de ayer -Esta es tu verdadera madre Angélica y ellos son tus hermanos- dijo señalándome a las personas de la foto -Si quieres hacemos otros estudios de sangre para que estés segura, solo déjame cuidarte- suplicó mirándome a los ojos.
-Señor, nos tenemos que ir ahora- dijo Carlos. Mi padre se separó de mí y me sonrió.
-¿Nos vamos a casa?- preguntó secando mis lagrimas. No sabía qué responder, él es supuestamente mi padre, podría ser la persona que me dé respuestas que nunca he tenido de mis supuestos padres.
-Si- esa palabra salió del fondo de mi, estaba por decir no, pero mi impulso se adelantó.
-Me llamó Adam Jones- dijo sonriendo para después pararse -Chicos, desátenla- los que creo mis hermanos se acercaron y uno me desató mientras el otro se puso frente a mi.
-Emma- dijo esto y me abrazó con fuerzas. Sentí mi hombro mojado y supuse que estaba llorando así que lo abracé de regreso.
-Luke quítate- dijo el otro. Luke se separó, dejándome ver sus ojos azules algo rojos, al igual que su nariz -Ven aquí- dijo el de nombre desconocido atrayéndome a sus brazos y abrazándome igual -Necesitaba a mi hermana- dijo en mi oído.
-Será grosero, pero no los conozco- dije separándome de él.
-No importa, te ayudaremos con tu mochila y después nos iremos- dijo Luke -Soy Luke y él es Ian- aclaró para después caminar a mis cosas, apuesto que son mellizos.
Cuando me separé, vi detrás de ellos a todos mis compañeros inconscientes y también a la maestra, eso me asustó. Estaban con una máscara en el rostro y tirados en el suelo, parecían muertos.
-Vámonos Angélica- dijo Luke tomando mi mano sacándome de ahí.
Fuimos hasta Kínder para después subir las escaleras para llegar al techo. Subimos las escaleras y vi a Adam mirando a todas partes, empecé a escuchar un helicóptero hasta que lo vi arriba de nosotros.
-Angélica, sé que se te hará difícil, pero tenemos que subir por una escalera para llegar al helicóptero he irnos de aquí- me explicó Luke.
-Esta bien- dije algo distante. Amaba la adrenalina, me hacía sentir libre.
-Si tienes miedo o quieres ayuda me avisas- dijo Ian poniendo una mano sobre mi hombro.
-Tranquilos, estaré bien- dije caminando con Adam.
-¿Estás segura de esto?- preguntó caminando hacia mi -No quiero que vengas por obligación- dijo acariciando mi cabello.
-Si tengo que ir contigo para obtener respuestas que durante mucho tiempo no he conseguido, lo estoy- dije firme, él sonrió complacido y miró cómo bajaban la escalera.
-Luke, primer sube tu, ayudarás a Angélica a subir. Ian subes detrás de ella- ordenó elevando la voz para que lo escucharan, ellos asintieron y Luke subió con mi mochila de skate en su espalda. Estaba emocionada y moviéndome de un lado a otro -No tengas miedo- dijo Adam a mi lado.
-¿Miedo? Estas totalmente equivocado, lo que menos siento en estos momentos es miedo- dije divertida viendo cómo sube Luke.
-¿Qué sientes?- pregunta mirándome con el ceño fruncido.
-Emoción- dije sonriendo. Adam me sonrió y me abrazó por los hombros.
-Tu turno- dijo señalándome a las escaleras que caían por el helicóptero. Fui decidida a las escaleras y primero asegure mi pie. Poco a poco iba subiendo, cuando iba a levantar mi brazo para subir, vi la vista de la ciudad, era hermosa, después de unos segundos regrese a la realidad y subí rápidamente.
-Lo hiciste bien- dijo Luke recibiéndome con una sonrisa.
-Gracias- dije devolviéndole la sonrisa. Me senté en la ventana del helicóptero esperando a que Adam he Ian suban.
-¿Qué dices de esta experiencia?- preguntó Ian sentado frente a mi.
-¿Cuándo la repetimos?- pregunté divertida, él sonrió y miró a la ventana.
Adam subió al helicóptero y se acomodó a lado de Ian. Miré la mochila de skate y se veía vacía así que la tomé, la abrí y mi respiración paró.
-¿Dónde está mi patineta?- pregunté mirando a los chicos algo preocupada.
-Yo no la tomé- dijeron al unísono y eso hizo desesperarme.
-No no no, tengo que bajar de esta cosa, sin ella no me voy- dije mirando a Adam -Para esta cosa- le dije desesperada.
-Angélica, no podemos parar, sería muy arriesgado detenernos, en cualquier momento llegara la policía- dijo -Te compraré otra- aseguró, pero no quería cualquier patineta, yo quería la mía.
-No no no, no entiendes, ESA patineta es MUY importante, mi vida está en ella- dije nerviosa -Detén esta cosa frente al salón, ya que por más que me intentes convencerme no me iré de aquí sin ella- dije firme. Me sostuvo la mirada, una guerra de miradas empezaba y no me importaba nada, no perdería esto.
-Luke irá por ella- dijo desviando la vista -Tú no bajaras de esta cosa sin piso donde caer- aseguró y yo sonreí.
-Me bajo yo por la patineta y volveré- dije segura -O bajo y me quedo ahí- dije -¿Qué me sugieres?- me hice la pensativa -Creo que me quedaré abajo- dije confirmando mi pregunta.
-Esta bien, pero bajaras con arnés- dijo rendido y yo sonreí orgullosa -Amárrenla- indicó para después hablar con el piloto.
-No puedo creer que lo convenciste- dijo Ian impresionado -Él siempre tiene lo que quiere- dijo poniéndome el equipo.
-Yo también siempre tengo lo que quiero- dije sonriendo. Una vez me amarraron vi que se estaba acercando a mi salón, me puse mis guantes deportivos, mi mochila en la espalda y me senté en la orilla del helicóptero.
-Con cuidado Angélica, sostén el arnés fuerte- me dijo Adam mirándome serio.
-Tranquilo he hecho cosas peores- dije guiñándole el ojo, puse mis pies en la escalera asegurándolos bien.
-Agárrate. No es opción- dijo nervioso, sonreí y tomé en donde se agarraba el arnés.
-Lastima que para mí sí- dije y desabroche el seguro. Sostuve firme los extremos de la escalera y me deslicé escuchando los gritos de los chicos. Quedé en el último escalón de la escalera. Levanté la vista y vi a tres cabezas con cara de preocupación y diciendo cosas que no escuchaba -No escucho- dije haciendo señas, movieron sus brazos raramente y cuando me di por vencida me reí. Empecé a columpiarme en la escalera para después con el vuelo caer en el pasillo frente mi salón.
Entré a mi salón y todo estaba hecho un desastre, todos los bancos estaban esparcidos en el suelo, había hojas de apuntes por todos lados, mis compañeros, amigos y la maestra seguían inconscientes. Busqué por todos lados mi patineta y la guardé en su mochila. Salí del salón me acerqué a la baranda, puse mi mochila sobre mis hombros y me subí a la orilla del vacío. Intentaba alcanzar la escalera, pero no llegaba, con la yema de mis dedos la tocaba y de pronto perdí el equilibrio haciéndome ir de frente, pero antes de caer logré sujetarme de la escalera con una mano. Mi respiración era agitada la adrenalina estaba por todo mi cuerpo, miré hacia arriba y vi a los chicos mirándome con miedo, aparté la vista he hice un esfuerzo para subir bien. Y luego escuché las patrullas.
-¡Suban!- grité, pero no me escucharon, empecé a hacer señas para que me entendieran hasta que Luke entendió lo que decía y le dijo a Adam. Empecé a subir las escaleras al mismo tiempo que el helicóptero subía.
-¡¿Acaso estas loca?!- preguntó Ian -¡Pudiste morir!- dijo preocupado.
-¡¿Cómo se te ocurre hacer algo así de arriesgado cuando eres principiante en esto?!- preguntó Adam al borde de la locura.
-¿Enserio creen que soy principiante?- pregunté alzando la ceja -Chicos, chicos, chicos, no saben nada de mi- dije divertida -Tomé clases de escalada de montaña, me enseñaron como sostenerme de cuerdas- expliqué.
-¿Qué?- preguntaron todos confusos.
-¿No es la primera vez que lo haces?- preguntó Luke y yo negué con la cabeza.
-Lo hago desde los siete años, entré a clases a esa edad- dije sonriendo ligeramente.
-Si, en verdad nos falta conocer mucho de ti- dijo Ian asintiendo rápidamente lo que me hizo reír.
Suspiré y me apoyé en el asiento cansada de todo esto, mucha información por hoy. ¿Cómo fue que acepté venir con ellos? ¿Estaba loca del cerebro? tal parece que sí ¿Y si me hacen daño? ¿Si me matan o me lastiman? ¿Si extorsionan a mi familia?
Con todas esas preguntar rondando por mi cabeza, me quedé dormida culpando a la pastilla que me dieron pensando en lo que pasó y sabiendo que no había vuelta atrás.