Después de conversar con mi padre sobre el asunto de la boda, bajamos juntos a desayunar. Al sentarnos en la mesa principal con varios familiares ocurre algo inesperado. Cuatro músicos entran cantando una “serenata italiana”, papá se levanta animando a los familiares y servidumbre. Todos aplauden al unísono. Por la puerta trasera de la mansión entra Gattuso con algunos guardaespaldas trayendo serpentinas, globos y una pancarta que dice: “BIENVENIDA A TU CASA MI QUERIDA HIJA” Le miro a papá abrazándolo con todas mis fuerzas, mis ojos estás húmedos de la alegría. Este hombre en verdad en tan maravilloso que me siento orgullosa de ser su única hija. Al sentarnos de nuevo disfrutamos de la serenata, es tan hábilmente realizada que uno sólo puede lamentar que el segundo y el tercer movimie