—¿Eli? Escucho unos pasos acercándose. De inmediato, abro los ojos y retiro mis brazos de los hombros de Desmond, el corazón estaba latiéndome con fuerza. —Oh, aquí estaban. Quería decirles que ya terminé de lavar los platos —dice Danna con su habitual tono alegre, pero pronto nos mira con curiosidad—. ¿Pasó algo? —pregunta, ladeando la cabeza. —Oh, no, solo estábamos conversando, mirando llas flores... pasando el tiempo —me apresuro a responder, intentando sonar despreocupada. Sin embargo, Danna frunce ligeramente el ceño, no del todo convencida, aunque decide no insistir y asiente. —Bueno, en realidad los buscaba para invitarles unos muffins que compré esta mañana. Están muy frescos. —Oh, claro, por supuesto —respondo rápidamente, aún un poco nerviosa—. ¿Verdad Desmond? —lo miro de