Primera Era después de la Guerra Ancestral, Radigast Qué fragantes eran aquellos suaves y sedosos pelos rubios, pudo admirar su longitud muriendo entre las nalgas blancas como la leche de aquella preciosa muchacha, estaban allí apenas descubiertas por las sábanas, aquella fantástica damisela que había conocido en la posada había secuestrado a Brady el maravilloso. El actor de piel y huesos, con su larga nariz y su pelo rubio rizado, no era ciertamente guapo, pero sabía ser encantador y su labia era su espada, sabía utilizarla para hipnotizar a su público, abriéndose paso en el corazón de las chicas más bellas. Si Saphia, su esposa, se hubiera enterado, lo habría castrado en el acto, el orgullo del enano se habría puesto a prueba, y Brady lo sabía. Por no hablar de que su enérgico mari