1. Compañera del colegio

1540 Words
Capítulo uno. Soy una mujer decidida, dedicada, responsable y muy trabajadora. Siempre estoy ocupada con cualquier cosa, es algo que me gusta porque si no estoy ocupada me pongo a pensar en miles de cosas que a la larga me causan estrés y tristeza. Tengo una libreta donde tengo mis horarios y para cada hora y día tengo algo asignado, empecé con esto después de que a mi abuela le detectará cáncer de mama. Es algo triste y no me gusta hablar del tema, pero también es algo del diario vivir y mi abuela me ayuda a que cada día me acostumbre más a la idea. —Todavía estás en ese escritorio ¿sabes que hora es? —dijo Claudia mi compañera de trabajo. —es hora de que acabe de ordenar estos documentos para entregárselos al señor Cooper antes de las 1 pm —respondí sacando los papeles de la impresora y guardando los en una carpeta para entregarlos. —es hora del almuerzo querida —dijo levantándose de su lugar sin haber completado su trabajo asignado. —no me esperes que no iré hasta que haya terminado —les puse mi firma a cada uno mientras ella me observaba. —no cambias mujer, por querer hacer todo a la hora exacta vas a acabar con un cáncer estomacal —hice una mueca y seguí en lo mío. —ni qué demorará horas sin comer, solo tengo mi hora asignada, ahora ve a comer antes de que tu estrés aumente —giró los ojos y se fue renegando porque hoy tampoco fui a almorzar con ella. No entiendo porque después de 3 años trabajando juntas aún no sé acostumbra a mis hábitos, lo de entregar los trabajos asignados antes de la hora o en el momento es algo que siempre he tenido porque mi abuela dice que ser puntual y dedicada deben ser una de las principales virtudes del ser humano. Termine de firmar los documentos y se los entregue al director el señor Cooper. —adelante —escuche desde afuera y entre, le entregue los documentos y me aleje 1 metro del escritorio. —esta todo lo que me pidió, también le traje los documentos que le serían enviados a los socios antes de la reunión del viernes —los reviso con cuidado asintió con una sonrisa. —muchísimas gracias Bianca, esta todo perfecto, aún después de 3 años siendo mi secretaria sigues sorprendiéndome. —es mi trabajo señor —sonrió con la boca cerrada —¿desea algo más? —no, ya puedes ir a almorzar —dicho y hecho fui a mi lugar por mi bolso para salir a almorzar. Llegué al restaurante donde siempre voy a almorzar a esta misma hora, me senté y tomé el menú para echar un vistazo y ver que pediré hoy, no suelo comer lo mismo todos los días. —veo que hoy te me adelantaste cariño —dijo Adrián poniendo su mano en mi hombro. —amor, al fin llegas —me puse en pie mientras el tomaba mi cintura y me empeine para dejar un suave beso en sus labios. —¿cómo, llevas mucho esperando? —me senté nuevamente. —no, hace poco llegue —volví a tomar el menú para decidirme. —¿ya sabes que vas a pedir? —negué con la cabeza y le entregue el menú. —estoy indecisa, todo está bueno. —el sonrió y cuando lo hace me pierdo en esos suaves labios y me olvido de lo demás. —en ese caso esperemos que nos manda el chef —asentí contenta mientras él le hacía seña al mesero. —bienvenidos, espero que estén pasando una excelente tarde ¿ya saben que van a pedir? —dijo abriendo su libreta para anotar nuestros pedidos. —hoy queremos que el chef elija nuestros platillos —perfecto —dijo anotando algo en su libreta —en unos minutos regreso con sus platos. —¿y que tal la mañana? —pregunto Adrián inclinándose en la mesa. —tranquila, acabe mi trabajo justo antes de venir —sonreí y le hice ojitos. —¿o sea que ya no tienes trabajo que hacer?. —exacto, hasta que el señor Cooper decida asignarme algo más. —sonrió haciendo uno "o" con su boca. —pero que trabajadora mi chica —me lanzo un beso y yo me acerque a la besa para que me lo pudiera dar. —¿que tal tu mañana amor? —me serví un poco de agua. —algo estresante, aún no termino de detallar mi idea para el proyecto y la reunión es mañana, no sé qué haré —se agarró el pelo con preocupación y acaricié su mano para tomarla con ambas manos y dedicarle una sonrisa de reconfortante. —eres Adrián Woods, no hay cosa alguna que pueda con él, te lo digo yo que soy su prometida —al fin sonríe y besa mi mano. —y no hay nadie más que me pueda tranquilizar que no seas tú. Escucho el sonido de unos tacones muy ruidosos acercarse a la mesa de nosotros, miró al lugar de donde proviene el ruido y es una bella mujer aproximándose, lleva un vestido muy revelador que deja poco a la imaginación, es un vestido poco más arriba de las rodilla, demasiado diría yo, esta escotado y es muy pegado, claramente se nota que no carga b*****r, su pelo suelto y lizo que le da hasta los hombros, sus tacones son rojos al igual que el vestido, levantó la vista para ver los caracteres de su rostro y es un maniquí repleto de pintura, oh dios, como puede llevar tanta pintura encima. Adrián me suelta rápidamente y se endereza en su silla. —amor... ¿estas bien? —él asiente algo nervioso, puedo notarlo ¿acaso la estaba mirando? Bianca relájate solo es una muñeca de plástico, tu eres mucho más linda y natural, respiro profundo y cuento del 1 al 10. —hola Adrián, tiempo sin vernos —dice la mujer parada en frente de nuestra mesa con la mirada fija en mi prometido. Si me preguntarán que tan celosa son del 1 al 10 yo diría que un 12 sin duda alguna. No puede simplemente pararse frente a la mesa de una pareja y dirigirse a uno solamente, que falta de educación por dios. Garraspeo antes de decir algo para llamar su atención. —hola... Soy Bianca su prometida —sonrió orgullosa haciéndole saber que aquel hombre ya tiene dueña —¿tú eres? Ella sonríe de boca cerrada y mira a Adrián antes de responderme. —mucho gusto Bianca, yo soy Laura —me dio la mano y se agachó un poco para saludarme de beso, me pareció completamente extraño, pero se lo devolví. Adrián se sirvió un poco de agua y grago grueso, estaba observando cada movimiento y me parecía dar la impresión de estar nervioso. —gusto verte Laura —dijo al fin mientras ella lo miraba con esa sonrisa. —¿y de dónde se conocen? —pregunto curiosa. —nos conocemos... —dijo Laura, pero Adrián decidió terminar. —del colegio... Éramos buenos amigos, que lástima que haya terminado tan pronto. —cierto, eran lindos momentos —novio sus pechos haciendo que Adrián la mirara, pero rápidamente me mirara a mi como con miedo. —me imagino... Deben tener mucho de que hablar ¿no te gustaría almorzar con nosotros? —ella me miró y Adrián meneo la cabeza. —me gustaría, pero... Lastimosamente tengo cosas que hacer ahora —suspiro y volvió a posar su mirada en mi hombre. —qué lástima, supongo que te deben estar esperando —dijo Adrián casi sacándola. —tienes razón, espero disfruten de la comida —nos despedimos y Adrián apenas y la saludo, llego la comida y ella se fue. —¿te sientes bien? —pregunté sería esperando una respuesta a su actitud. —si ¿porque no lo estaría? —dijo él tomando los cubiertos. —por tu cambio de actitud cuando apareció esa mujer por ejemplo —me cruce de brazos alzando un poco la voz. —mi que... —sigue nervioso, es evidente. —no te hagas —lenate una ceja y soltó los cubiertos masticando para poder responder. —amor tranquilizate y come, se irá la hora y no vas a disfrutar de la comida —negué y tome los cubiertos llevándome un trozo a la boca. —no intentes cambiarme el tema. —no lo pretendo hacer, no pasa nada amor, solo me sorprendió verla y nada más —no le creí ni un poquito, pero seguí comiendo tranquilamente hasta acabar. Saque de mi cartera para pagar la mitad y el aún no terminaba ,me miro con extrañeza y me hizo un jesto de pregunta, pero dejé el dinero y me levante. —acabe, ya se acabará mi hora nos vemos —fue todo lo que dije y me aleje de la mesa. —Bianca espera —lo escuche decir, pero no me detuve. Llegue a la empresa nuevamente y me senté en mi lugar a esperar mi hora de salida o que el señor Cooper decidiera asignarme algo más.
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