Sus manos sudaban de los nervios, movía su pie constantemente y mordía la uña de su dedo pulgar. Fue hasta que sintió la mano de Morgan sobre su pierna que lo sacó de su trance mental. Se giró a verla, le regaló una sonrisa tranquilizadora y tomo su mano, le dio un suave beso en el dorso de su mano y entrelazo sus dedos. — Tranquilo, todo saldrá bien. — No se Morgan, estoy muy nervioso – susurro. — Es la tercera cita, todo saldrá bien – le dio un ligero apretón en su mano – Me dijiste que antes no pasabas de la primera cita, ahora ya es la última. Todo estará bien. — Pero… — Además, hemos tenido el suficiente sexo como para que yo ya este más que preñada – dijo con una sonrisa. — Pero… — Domenico – tomó su rostro y lo miró con ternura – Todo saldrá bien, estoy a tu lado, ¿compre