Domenico bajaba de su auto, la puerta de su casa se abría dejando ver a Morgan agachada sosteniendo de las manitas a la pequeña Agnes que daba sus pasitos. Dom se emocionó mucho, bajó su maleta al piso y se agacho para que ella fuera hasta sus brazos. Morgan soltó las manitas de la pequeña, ella miró a Domenico y al escuchar su lo reconoció, así que bajando los escalones como si fueran muros enormes y volviendo a ponerse de pie caminó hasta llegar a las manos de su papá. Domenico la tomó en brazos, la llenó de besos en su cara, provocándole una contagiosa risita ya que su barba le daba cosquillas. Domenico tuvo que irse una semana a otra central para dar un curso intensivo en el cual le dieron un gran reconocimiento y apenas llegaba a a casa. — Una semana y siento que me cambiaron al esp