Sav.
Hoy me levanté con una sensación de que algo pasara, pero debo levantarme con las pocas ganas para ir a mi trabajo y con esta cosa.
S: buen día, princesa, es hora de levantarse, hay que ir al colegio, me asomo a su dormitorio, mientras yo voy a preparar el desayuno, tienes 10 minutos
E: buenos días, mami enseguida voy, termino de peinarme y voy mami.
Como cada mañana repetimos la misma rutina, desayunamos juntas y vamos cada una a sus deberes, pero hoy tomamos el bus, estoy cansada, acá en Brooklyn el tráfico a veces es muy pesado, pero hoy no quiero caminar como desearía tener un vehículo.
Podría comprarme uno, pero después pienso y si me despiden en volver a encontrar otro empleo, como p**o, las facturas y la comida.no es una opción.
Luego de dejar a mi niña en el preescolar voy hacia mi trabajo que queda a unas cuantas cuadras y como todos los días empiezo con mi rutina, limpieza y atención clientes.
Hoy es esos días que el café está lleno y eso me encanta porque las propinas son mucho más y me desagrada porque no hay un respiro, lo que me recuerda que debemos tener mucha paciencia, ya que hay algunos clientes prepotentes y que se creen mucho que porque tienen dinero pueden hacer menos a las personas.
Así va pasando la mañana atendiendo a los clientes a medio día le pongo fin a mi turno, porque es hora de ir por mi princesa para almorzar.
Voy llegando al colegio, cuando llego me doy cuenta de que mi niña está hecha un mar de lágrimas corro y la tomo en mis brazos, le pido con calma que me cuente qué paso.
S: mi amor que te pasa te lastimaste, que pasó porque lloras….
E: mami, hoy unas niñas se burlaron de mí.
S: pero que paso. Que te hicieron, te golpearon o que.
E: por qué no tengo un papá, como ellas.
S: no llores por favor que me lastima ver así tus ojitos. Esas niñas del demonio me van a escuchar.
E: no mamita por favor, no digas nada.
S: está bien mi amor, será como tú digas, espérame aquí voy a avisar a la maestra que ya nos vamos, vale.
Voy hacia donde la maestra, muy enojada, toco la puerta. Escucho adelante entrando como caballo de carreras.
Le informo quiero hablar con ella por una situación que vivió hoy mi hija nos unas niñas de su salón
M: Buenas tardes, Sra. Mitchell la escucho, en que le puedo ayudar.
S: estoy indignada, unas compañeras de mi hija le gritarán en el patio, que no tiene padre, no puedo creer que en pleno siglo XXI, estemos permitiendo este tipo de comportamiento. Y más con niños de esa edad.
Sé que sus padres les deben decir esas cosas porque ellos son pequeños y no tienen idea de esas cosas.
M: Sra. Mitchell es algo que no vamos a permitir en esta institución, voy a hablar con las niñas y vamos a solucionar este problema de ya le pido mil disculpas por el mal rato que tuvo que pasar su pequeña.
Emma no quiere decir quién fue, solo le cuento para que estén al tanto de la situación.
Muchas gracias por su tiempo y espero una respuesta y una solución lo antes posible, buenos días …
Voy al encuentro de mi hija que ya se encuentra más calmada, nos vamos en silencio hacia el café, llegando al café, dejo a mi hija en la cocina, le dejo todo el almuerzo porque a mí se me cerró el estómago por todo lo que paso.
Me pongo a seguir con mi labor que es limpiar las mesas, pero en las mesas del fondo veo a una pareja discutir, y opto por seguir en las otras ya cuando termino de recoger y limpiar. No les presto atención.
Marcia, mi otra compañera, toma su pedido, sale casi corriendo, porque la mujer que está con ese tipo le dijo de lo que se iba a morir si los volvía a interrumpir.
Pero Marcia no se queda tranquila y sabiendo lo que dijeron me manda a mí a dejar el pedido que dejaron para después.
Voy a dejar su pedido, de pronto me siento observada mientras dejo sus cosas, levanto mi mirada, de pronto lo veo mirándome, por lo cual desvío la mirada porque me pone muy nerviosa.
Pero cuando estoy por terminar mi labor, la mujer me toma de mi muñeca y me dice…
Acaso todas las chachas son sordas, dije que lo quería en 20 minutos.
Yo la miro, le pido disculpas por el error, y en ese momento llega Marcia y me da un empujón, por lo que derramo en el vestido toda la ensalada de salmón que pidió.
Todo pasa muy rápido, todo cae en la ropa de la mujer, justo en ese momento empieza mi pesadilla, ya que la mujer se levanta Enojadísima.
Empieza a gritarme. — mi hija viene a mi lado y le da una patada en su pierna. Pero la mujer la toma del brazo, en ese momento la empujo y ella cae sobre la mesa, le grito que jamás en su puta vida se le ocurra tocar a mi hija nuevamente.
Mi princesa se pone a llorar, pero le digo que no paso nada.
El hombre que estaba junto a ella solo miraba la escena hasta ese momento, pero después hizo algo que me dejo con la boca abierta, le ordeno a la mujer que le pidiera disculpa a mi hija, porque esa no es una manera adecuada de tratar a un niño.
Lo cual hizo enojar más a la mujer que se sintió ofendida y empezó de nuevo con sus gritos, exigiendo que llamaran al gerente.
En este momento quiero que despidan a esta tipa muerta de hambre que no sirve para nada ni para controlar a su mocosa.
En ese momento viene doña victoria junto con Marcia parece y pregunta que paso con enfado.
x: Quiero que despidas a esta estúpida, su mocosa me acaba de golpear y ella tiró la comida y no sabes el valor de este vestido.
Victoria: ¡¡¡señorita resolveremos este asunto no se preocupe mil disculpas y la cuenta corre por la casa. savahanna ve a mi oficina ahora!!!
Estaba tan aturdida con lo sucedido que solo asentí y la seguí hasta su oficina.
Victoria: savahanna, te autorice estar con tu hija, por que no tenias con quien dejarla, pero no es la primera vez que un cliente se queja de esta situación. Este error no lo puedo dejar pasar por alto, así que terminas tu turno.
Mañana pasas por tu liquidación. ESTÁS DESPEDIDA.
En el momento que escucho la palabra DESPEDIDA, todo mi mundo se cae. Ahora que voy a hacer.
Tendré que buscar otro trabajo, con quien dejare a mi hija, como saldremos adelante.
Cuando salgo de la oficina la pareja ya no está, yo voy donde mi hija que tiene su mirada triste. Tomo su mano la miro, le digo que todo está bien y que nos vamos a casa.
Cuando paso delante de Marcia, ella me sonríe, le digo…
No creas porque me iré algún hombre te mirara, se ve en tu cara la maldad.
Y con eso ella borra su sonrisa, y nosotras nos vamos a nuestra casa.