No había conocido el verdadero terror hasta que mi mamá me dijo: —¡Oye Virginia tu papá va a recoger el vestido de novia! ¿Por qué no lo acompañas y te lo vuelves a medir? Ya sabes de pronto te puede quedar muy ajustado o bajaste de peso y te queda ancho. —No tenía pensado ir tan rápido a buscarlo aún quedaban dos días para la boda, empecé a sudar y tuve que ir a ponerme agua en la cara porque sentí que estaba a punto de entrar en crisis. Pero mi papi siempre es muy precavido, a cada rato repite: “A mí no me agarran con los calzones abajo”. Y me dijo: —Relajate que sabes que no puedo dormir si no tengo todo disponible. —Era verdad cuando algo le preocupaba se le iba el sueño y no se quedaba tranquilo hasta que resolvía. Mamá estaba preocupada porque Oliver había subido a casa de sus