CAPÍTULO 22. Aeropuerto Internacional de los Ángeles. Thalia empujo la maleta y camino hacia la salida. Dos chicas corrieron hacia ella desde la multitud. ―¡No puedo creer que finalmente estés aquí! ―Vivían la abrazo y se rio. ―Sí, es bueno estar en casa. Las dos chicas salieron hablando y riendo y subieron juntas al auto de Vivían. ―¿Y cómo vas con tu marido? ¿Has probado ya a ese adonis delicioso? ¿Sabes que eres una chica con suerte?― dijo con una sonrisa en los labios. Al escuchar esto, Thalia no pudo evitar sentirse avergonzada. Ni en un millón de años le confesaría que se habían acostado. Sabía la personalidad de su amiga y lo más seguro era que empezara a hacerse ideas. Ella había decidido que solo habían tenido sexo por obligación. ―Eh… Normal, ¿Qué debería cambiar entre no