ÁNGELA Ya son las siete de la tarde y vamos de regreso a la casa luego de que el Oso y los muchachos le ayudaron a Pepa y a Aarón a deshacerse de los cadáveres y a limpiar el lugar. Y yo no paro de pensar en todo lo que paso, pero sobre todo no puedo dejar de ver a Aarón apuntándose con el arma en la sien. Por un momento pensé que lo iba a perder para siempre, pero tenía la sensación de que estaba todo perfectamente calculado para que el que se muriera fuera Andrés y no él. Dejo de pensar en todo eso cuando me doy cuenta de que acabamos de llegar a la casa. Al bajar de la camioneta veo a María salir de la casa corriendo hacia nosotros. Al verme me abraza de inmediato y yo le devuelvo el abrazo. - Menos mal que estás bien – me dice con su voz dulce dejando de abrazarme – Y que este par d