Aún así, no lo pensó mucho. Se encontraba en una posición donde estaba preparando su propia muerte, su entierro y velorio a la vez, y no contaba con el dinero suficiente para llevarlo a cabo de la manera que quería. Y aparecía por arte de magia este raro sujeto, que parecía ser alguien poderoso y adinerado con gustos peculiares, queriendo darle sexo duro a cambio de dinero. Tal vez fuese alguien mayor, muy mayor. Eso sería lo mejor, porque así no duraría mucho y no tendría demasiada fuerza a la hora de maltratarla. La otra opción la ponía un poco más ansiosa. Puede que fuese alguien que quisiera golpearla, pero ¿Y qué? Tomás la golpeaba de gratis, la maltrataba de mil formas distintas sin darle ni medio, al menos este hombre desconocido la recompensará con dinero, sin siquiera dañar su