Hubo un momento en el que Jake dejó sola a Thianya para salir un momento para correr en su versión licán, se sentía tan excitado que necesita hacer algo diferente para drenar energía.
Nadó de ida y de vuelta unos veinte metros mar adentro para luego recoger su ropa y ponérsela para subir hasta la habitación y volver a su terapia junto a Thianya.
En su caminata de vuelta a la habitación del hotel, se encontró con Orestes y Esteban, que estaban haciendo todo menos estar pendientes en las chicas que se suponían que debían cuidar, pues estaban más pendientes de sus asuntos que de ellas.
— Caramba, par de zoquetes… ¡Qué buena vida la de ustedes! Vivir a expensas de su protegida sin siquiera saber si ella está viva o muerta. — Expresó Jake con un hálito de rabia en el tono de su voz.
Ambos caballeros se incorporaron luego de que estuvieron sentados en el bar donde habían sido encontrados por ese hombre lobo.
— Disculpen, señoritas… — Habló Esteban con las damas con las que estaban él y su compañero conversando.
— ¿Ustedes dos saben el rumbo de su jefe que están tan relajados pasándola bien con cuanta chica se les pone al frente a costilla del dinero que ella gasta por ustedes, vividores? — Reclamaba Jake con la autoridad que lo haría un empleador a sus empleados.
Antes de que Oestes fuera a reaccionar, cuya intención era golpear al hombre que los estaba atacando, pero Esteban era más astuto con las palabras y sabía cuándo usar la fuerza bruta, y este no era el momento.
— La señorita Sparks está con usted, o más bien, debería, o eso fue lo que nos hizo saber, señor Masters. — Externó Esteban.
— Al menos veo que a ustedes sí les dice lo que ella hace.
— Sí, señor Masters. Ella nos dice dónde o con quien está, así sí sabemos si meternos en sus asuntos o no. Ella no se expresa abiertamente con la señorita Pierce porque ella es capaz de poner el mundo patas arriba para que la señorita Sparks no se meta en problemas, pero eso es algo que nuestra protegida odia.
— Pero el hecho de que ustedes sepan dónde anda esa loca no significa que no le evite un problema serio algún día. ¿Se han puesto a pensar qué podría pasarle el día que ella adquiera alguna enfermedad por estar con cada zoquete con el que a ella se le ocurre? — Recriminaba Jake vehementemente.
— Eso es algo que no es de nuestra incumbencia, señor Masters, porque eso ella nos lo ha puesto muy claro… Lo que pasa en su vida íntima es sólo asunto suyo. Por eso ella nos hace saber con quién va a estar y nos alerta por si ella entiende que algo se va a salir de control, tal como pasó ahora. ¿Entendió, señor Masters? — Intervino Orestes.
Jake estaba confundido, porque él pensaba que Thianya hacía lo que le daba la voluntad así fuera por encima de los dos salvajes que la acompañaban, que ellos sólo eran el pretexto para salir acompañada de la mansión Sparks, pero se estaba dando cuenta que no era tan desjuiciada como la creyó en algún momento.
— No crea que ella está tan loca como aparenta, señor Masters. Thianya Sparks no anda con todo el mundo; privilegiado el hombre con el que ella elige acostarse, o hasta pasarse varios días corridos. Sin embargo, nuestro único y encarecido encargo es no meternos en su alcoba, aunque eso signifique su muerte. — Retomó Esteban la conversación.
Jake se había dado cuenta que Orestes había bajado la guardia y hasta la cabeza cuando Esteban daba las explicaciones que tenía que dar, mas se le fue la ilusión que creyó tener cuando las chicas con la que ambos habían estado previamente volvieron a ellos, siendo el primero el que besó a la fémina con la que estaba de manera demandante.
— Le aconsejo, señor Masters, que para que no siga sufriendo por las decisiones de nuestra jefe, que se aleje de ella lo antes posible. A ella nada la para, ni siquiera su padre. A la hora de ella tomar decisiones, no tiene ningún escrúpulo a la hora de ir por lo que quiere, y usted no será el hombre que le ponga cortapisas, así que deje de perder su tiempo. — Aconsejó Esteban hablándole lo más cercano al oído que pudo del aludido para luego dejarlo allí todo pensativo.
Jake retomó su camino y estaba pensando en las palabras y reacciones de aquellos dos hombres, y después que volvió con Thianya fue que le dijo aquellas cosas que hirió a la chica, pero luego quiso reflexionar, aunque parecía ser un poco tarde para recoger su discurso. Por eso terminó dando las instrucciones que dio en lobby antes de retirarse del hotel que era de su propiedad también.