Odio a Primera Vista

1463 Words
— Thianya, por favor… ¿Cuándo te he quedado yo mal alguna vez? La aludida se cruzó de brazos al escuchar a su amiga escudándose. — ¿De verdad quieres que te responda a esa pregunta, Renata? Cada vez que vamos a una de nuestras salidas, o nos encontramos con una clase de patanes que en vez de parecer muchachos de clase social adinerada, lo que parecen son de los suburbios más bajos del mundo, si no, nos encontramos con una redada en esas clases de discotecas de poca monta que frecuentas. — Y mucho que te gustan esos lugares, querida. Siempre sales de la mano con un hombre de ahí. — ¡Y es ahí donde está el detalle! Termino defendiéndome de una caterva de patanes que sólo quieren joderme la vida, que si no fuera por los perros que mi padre me ha puesto de guardaespaldas, no llegaría viva a mi casa. — Por cierto, ¿Cuánto le pagas a esteban y a Orestes para que no te delaten con su alfa líder? — ¿Por qué haces preguntas que sabes la respuesta, Reni? Aquellas dos chicas habían planeado una noche de casino en uno de los hoteles más exclusivos de las afueras de la ciudad de Carcomel, la capital del país al que ellas pertenecían, Kindra. El hotel Masters era uno de los más extravagantes pero elitistas de las costas del país vecino de Frenchiel, y uno de los negocios que gozaba de los mayores privilegios de aquella nación, ya que gracias a este muchas eran las ganancias que percibía las arcas nacionales frenchielinas. — Esta vez te la has lucido, estrella sin luz. — Felicitaba Thianya a Renata. — Tus piropos tan lindos como siempre… ¡Ay! ¡Ahí es que están, chicas! — Saludó Renata batiendo su mano izquierda al aire a las muchachas que serían sus anfitrionas esa noche. — Veo que hoy no vienes sola, Renata. ¿Quién es tu amiga? — Preguntó una de las chicas mirando a Thianya de arriba abajo, ella devolviéndole el favor. — Ella es de la amiga que te hable, Jossie, Thianya. — ¡Oh! Creí que era algo fuera de serie por lo cómo hablabas. Yo sólo veo a una chica ordinaria, Reni. — Lanzó Jossie sin contemplación. — Cuida tus modales con los anfitriones, prima, tus gracias a veces me salen caras, y lo sabes. Me avisas el día que quieras fregar los pisos de los baños del casino. — Tranquilizó el CEO del casino a su Jossie. — Discúlpame, Thianya, es que no suelo ser buena dando la bienvenida a los extranjeros, y menos si me han dado referencias más excepcionales de la cuenta, tú sabes cómo es Renata de exagerada. — ¿Gracias? Mientras las chicas interactuaban el joven CEO siguió su camino de largo como si no había hablado con nadie hacía breces momentos, y se desapareció de la vista de las damas como si nada había pasado. A Thianya se le había acelerado el corazón cuando vio a ese hombre tan atractivo y con aire cautivadoramente misterioso, pero como nunca se había quedado sin palabras y no se atrevió a preguntarle a nadie sobre aquel hombre. Sin embargo, al CEO del casino no le pareció que Thianya fuera una chica muy atractiva que dignos, pero debía ser atento con todos sus huéspedes, cual buen anfitrión, tal como le había enseñado su padre y fundador de aquella empresa. La noche empezó sin muchas promesas, por lo que el CEO del Masters Hotel y Casino, Jake Masters se retiró de allí con una dama de brazos a las afueras de aquel lugar. — Pensé que el primo de tu amiga Jossie se quedaría toda la noche. — Cuchicheaba Thianya a los oídos de Renata. — Él no suele quedarse por aquí al menos que pase algo de relevancia. Si se retiró es porque para él la noche le pareció muy tranquila, así que relajémonos y disfrutemos de las atracciones de esta noche. Con aquellas palabras Renata le estaba aconsejando a su amiga que se comportara, pero eso pareció activar en Thianya esa venita que ella a veces tenía en la que le daba con llamar la atención cuando un hombre le interesaba. — Quita esa cara, perra… No quiero que nos saquen de este casino por tú estar de creativa, Thianya. — Yo no pienso hacer nada que fuera ilícito en un casino, Reni, sólo vamos a jugar en par de ruletas, y después que gane un poco de dinero para los muchachos, y que nos sobren para par de tragos para nosotras, me retiro. ¿Cuándo te he quedado mal en alguna promesa que te haya hecho? Renata miró al cielo buscando algún consuelo celeste, porque sabía que Thianya tenía algo en mente que podría jugarles en contra durante esa noche. En una de esas en la que Renata se le ocurrió irse al baño, Thianya decidió rastrear al CEO del casino, escabulléndose sin ser vista por la parte de afuera del hotel, dando con el sonido de dos personas que estaban disfrutando de un momento íntimo, esto en unas habitaciones de lo más retiradas del casino, de forma que nadie interrumpiera las actividades que se estuvieran dando allí. Cuando la puerta sonó al toque de la madera, Jake se asustó cuando estaba más entregado disfrutando de su momento de estiramiento con su amante de turno, que se desconcentró sin querer. — Por favor, mi señor no me deje así, se lo imploro. — Rogó la chica que estaba con Jason. — Lo siento, rubia bonita, sabes que no me recupero una vez que me desconcentró. — Apenas pudo decir el hombre, quien terminó su labor no con la misma euforia con la que pensaba hacerlo. Jake salió hecho una furia de la habitación en la que se encontraba, una que estaba fuera de los perímetros del casino o de cualquier otra instalación, pues era un sitio que éste había creado para su recreación en momentos de profundo estrés, pero esta vez fue tanta la tensión que recibió que le dolía las sienes como nunca en su vida, sobre todo porque sus fosas nasales se inundaron de la esencia femenina que había percibido esa noche, y cuya persona le había parecido tan petulante. — Debí dejar que Jossie barriera el piso con esa espiga llevada por el viento. — Rezongo aquel hombre lobo. Apenas Jake había llegado al salón principal del casino cuando la euforia estaba reinando allí. — ¡Treinta y ocho n3gro! ¡Y gana la señorita vestida de gris nuevamente! Esta de suerte. — Vociferó el crupier que estaba a cargo de la ruleta en la que estaba muy extasiada Thianya tomándose un whiskey a las rocas. La vista que aquella mujer en su enterizo gris descubierto en la espalda era tan exquisito y tan aterrador, verla con su bebida con la cual ella estaban incitándolo, y encima como se pavoneaba al ganar cada partida en la que apostaba, a Jake le estaba provocando sudores fríos, pero más bien mistó una faceta de él que nadie nunca había visto en ese hombre. — Se acabó la noche para esta señorita. Por favor, crupier, entréguele sus ganancias, y ustedes, seguridad, — Agitó Jake las manos para atraer a los empleados hacia sí, — Escolten a la dama a la salida de nuestras instalaciones. No es más bienvenida a Masters Hotel y Casino. Delante de todos los presentes Jake se dio el lujo de desplantar a Thianya, la cual se defendió como mejor entendía. Por supuesto, Jossie se quedó estupefacta por lo que estaba presenciando, tanto que soltó una carcajada en medio de un breve silencio instalado allí, entras que Renata no sabía dónde iba a poner la cara. — No sabes quién soy, muy patán. — Vociferó Thianya divertida. — Thia… Compórtate… Estás tragueada, no te atrevas a hacer una escenita, no aquí por favor. — Le imploraba su amiga. — Sabes mejor que nadie, Reni, que no me yo a quedar callada ante el desplante de ese perro que se cree que es el que mejor ladra en toda la calle, no señora. — Por favor, Thia… Si te quedas callada, podre interceder por las dos y podremos volver, porfa, amiga. — A pesar de los intentos de súplica, Thianya no cedió y más bien se encogió de hombros procediendo a hacer lo que ya tenía pensado. — Yo soy Thianya Sparks, la hija de Falcone Sparks, el más imponente de los alfa líderes de Kindra. Dicho eso, Jake detuvo su paso en seco, y se dio la vuelta, mostrando su lobo interior con los ojos brillantemente dorados, poniéndole la piel de gallina a todo el que estaba dentro de aquel salón.
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