Andrea había hablado con Adriana y habían acordado reunirnos en otro restaurante en Nueva York por la mañana, así que ahora nos dirigíamos a ese lugar para nuestra segunda reunión. Estaba más que segura que Andrew no venía con las manos vacías, todavía me parecía un poco gracioso el hecho que él se había leído mi libro en solo un día y solamente le tomo dos días para tomar la decisión de volver a reunirnos. Ahora que sé que él ha leído mi libro, se que si la primera reunión fue incomoda, está será el doble. Unos minutos más tardes llegamos al restaurante y nos dirigimos a la mesa que había reservado la asistente de Andrew, tal y como en la primera vez, habían reservado en un lugar privado. Cuando entramos al salón privado allí estaban ambos, en cuanto nos vieron ambos se levantaron para