-Hummmm. - Hago un sonido en mi garganta ya que siento que Alessandro se mueve para quitarme.
-Vamos bambina suéltame. - Me gruñe con cariño, no lo hago, más bien me le pego más.
-Es aún muy temprano. - Le gruño.
-Tengo una semana que no entreno, porque tú no me dejas. - Se vuelve a mover.
-No lo necesita, estas muy bien así. - Digo entre dormida.
-Por lo mismo estoy así, porque entreno y tú también lo harás. - Abro uno de mis ojos y fruño el entrecejo.
- ¿Tienes una pesadilla.? - Digo sarcástica.
-No bambina. - Dice mirando que lo estoy soltando poco a poco.
-Ve a entrenar bebe, porque si no, esas mujeres no te caerán como mosca. - Agarró las almohadas la acomodo y me arropó, escucho solo las risas a carcajadas, volví a caer en un sueño profundo hasta que llega ese olor a
