-Ya compórtate. - Me gruñe cuando me giro para verlo, el viene con una corbata en su mano. -Tu no escuchas Alessandro, no seguiremos con lo que hablamos. - Me subo un poco más a la cama para salir, por un lado, él se sube agarra mis piernas y se pone ahorcajadas en mi cintura. - ¿Que harás? - Empiezo a pegar, el trata de agarrar mis manos a pesar de que sé que le duele la herida es como si no. -Tienes que cumplir, debes de mantener tu palabra, aunque no salgan las cosas como quieres. - Me gruñe, agarra mis manos y las juntas para amarrarlas en la cabecera de la cama tiene unos palos de madera me amarra de ahí. -Si no fuera porque nos escuchaste reír, ahora estuvieras en medio de sus piernas. - El me ignora rompe el vestido en dos. - ¿Estás loco? - Empiezo a moverme aún sigue encim