-Joder. - Me levanto de la cama y no veo Alessandro por ningún lado, Antuan entra a la habitación como loco, claro me desperté gritando. -Señorita. - Dice con su arma en la mano. - ¿En dónde está Alessandro? - Le gruño voy por mi ropa. -Bajo al almuerzo. - Dice mirando la habitación. - ¿Bajo sin mí, pero si dijo que yo tenía que ir? - Le gruño. -Si, pero me dijo que usted no estuvo muy bien anoche, que no durmió nada por los cólicos menstruales. - Le arqueo una ceja el habla todo un experto, es verdad anoche no deje dormir a nadie, me estaba muriendo y lo peor que solo era dolor nunca vino el periodo. -Ayúdame. - Le digo para que suba la cremallera del vestido, me maquillo casi que, corriendo, los tacones me los voy poniendo en el camino, estamos en Estocolmo, ya después de ha