El infierno me escupió en la cara, me desterró y me lanzó al exilio en esta tierra donde mi condena es mucho más dura de soportar y pesada para llevar. Es en esta tierra donde purgaré mis culpas, donde sus ojos son los que me torturen y sus manos las que quemen mi cuerpo mientras su voz me atormentan en sueños. Alondra Trato de controlar mis impulsos para que la escena de su oficina no se vuelva a repetir, no tengo ánimos de pasar de nuevo por algo similar y al señor Freites parece no importarle, simplemente se ocupa de lo que interesa, de lo que lo hace sentir bien mandando a la mierda el bienestar de los demás. Dejo que la rabia suba por mi columna vertebral y se desate, es el único mecanismo de defensa que tengo en este momento y es la forma en la que siempre he podido avanzar sin ten