—No, no me toques. —le saco los brazos de mi cuerpo con mucha fuerza donde no me quiere soltar, cuando me suelta al fin, me giro para irme pero me vuelve a agarrar desde atrás—. Me dijiste que era tuya y que íbamos a... —dejo de pelear cuando se me viene algo a la cabeza, afloja un poco los brazos dándome pie a que pueda girar y alejarme un poco—. Espérame un segundo.
—¿Qué pasa?. —esta confundido donde hace dos segundos estaba loca y ahora estoy calmada, pero es por fuera la calma, porque por dentro hiervo.
—Me mandaron con el rey, me mandaron a complacer al rey. —lo apunto negando—. Tu... Tu eres el rey.
—Si, soy el rey Oli. —respiro con fuerza de lo furiosa que estoy, pienso y pienso hasta que me le voy encima golpeándolo.
—Maldito desgraciado. —de la nada estoy en la cama con él arriba mío apretando sus brazos por sobre mi cabeza—. NOOOO DEJAME DEJAME MALDITOOOOOO. —me revuelvo con fuerza y él sigue sin soltarme, de golpe me quedo quieta en silencio, hasta que lloro no dando mas—. Eres un desgraciado... Me mandaron con tu esposa y tu lo sabias... Sabias que me iban a mandar con ella y aun así me ilusionaste. —niega sin saber que hacer, si, estoy loca en estos momento, pero quién en mi lugar estaría feliz de volver a ver al maldito que te ilusiono y te abandonó por meses—. Me dijiste que no tenias mujer y que íbamos a estar juntos, que estúpida que fuí, te creí como una... DIIOOOSSSS QUE TE ODIO.
—Oli. —me suelta los brazos, lo primero que hago es empujarlo—. ¿Y no estamos juntos ahora? Lo estamos, cumplí con mi palabra.
—SOY UNA MALDITA ESCLAVA POR EL RESTO DE MI VIDA ¿DE QUÉ MIERDA HABLAS INFELIZ?. —me vuelvo a revolver sin dejar de hacer presión con mis brazos para alejarlo, hasta que me abraza y yo lloro con fuerza—. Maldito. —no puedo golpearlo donde dejo mis brazos por debajo de él apresándome aun mas—. Te odio con el alma Randok, me arruinaste la vida.
—No digas eso Oli. —se alza un poco para limpiar mis lágrimas que no dejan de salir.
—¿Que no diga qué? Ahora estaría con un hombre formando una familia y no siendo una maldita esclava de mierda. —estamos a solo unos centímetros mirándonos fijo a los ojos—. Y todo por tu maldita culpa Randok.
—¿Acaso lo que me dijiste ahí fue mentira?. —quedo en silencio por lo que dice—. ¿Nada de lo que salió de tu boca fue real?.
—¿Ahora quieres dar vuelta las cosas? ¿Quieres que yo me sienta mal? Obvio que me acuerdo de todo, de cada detalle me acuerdo, cada palabra que dijimos, me acuerdo de todo porque no dejo de pensar en eso.
—Y si mal no estoy dijiste que nunca me ibas a olvidar. —cierro los ojos porque no puede ser que caiga como una estúpida, lo dice en susurro, como si le doliera igual que a mi lo que recordamos—. Que todo lo que vivimos ahí en esa nave la ibas a llevar en tus recuerdos.
—Porqué me creí todo Randok. —me da risa que deba darle explicaciones y a la vez esconder que me duele y me encantaría abrazarlo y besarlo y decirle que lo extrañé—. Creí que íbamos a salir a pasear y que íbamos a tener hijos, creí cada estupidez que decias, creí que... creí que... QUE IBAMOS A ESTAR JUNTOS POR DIOOSSS. —cierro los ojos negando.
—Esta era la única forma Olivia.
—¿De qué?. —eso me sorprende mucho—. ¿Única forma de qué?.
—De estar juntos, de otra manera no podríamos estar Oli.
—¿Ósea que voy a ser una esclava toda la vida y tu amante hasta que te canses y mandes a llamar a otra como vienes haciendo desde que llegué?.
—Con ninguna me acosté Oli, estaba esperando a que vengas a mi.
—Por favor... Por favor Randok, cásame. —ya que es el rey se lo pido a él—. Dijeron que nunca me iba a poder casar pero si eres el rey tu puedes, no quiero vivir toda mi vida acá, quiero una familia, quiero hijos, un esposo, y yo...
—Eso jamás. —quedo en silencio ya que esta serio, tenso y enojado—. Eres mía Olivia, mía... Y no voy a dejarte jamás, no vuelvas a pedirme una cosa por el estilo porque no va a pasar jamás.
—No puede ser. —me vuelve a abrazar cuando lloro de nuevo, pero quedo quieta con los brazos estirados.
—No llores mi pequeña.
—Ella me va a matar Randok.
—Yo te cuido... Te voy a cuidar, ella me debe obediencia y hace lo que yo digo.
—¿Por eso nos manda a hacer favores con los soldados? ¿O es que tu se lo ordenas?.
—¿Que hace qué?.
—¡No te hagas el sorprendido quieres!, que me dan ganas de darte un golpe de lo tonto que te haces para no ver lo que pasa.
—Ya basta Olivia. —aspiro hondo mirándolo a los ojos, sonríe dándome una caricia, me mueve todo pero me mantengo firme—. Te extrañé Oli... No te das una idea de la falta que me has hecho.
—¿Y por eso pasabas las noches con Alja?.
—Desde que te fui a buscar a tu planeta que no la toco Oli, la mandaba a llamar porque sino Adalia empieza a molestar y puede creer que ella me ofendió y la iba a lastimar. —lo pienso y tiene razón con lo que dice, porque cuando él la rechazó la lastimó donde no acepta un No por respuesta.
—Ya la lastimó porque la rechazaste, la azotó delante de todas.
—No puede ser, maldita. —queda pensando un rato.
—¿Y ahora? ¿Cómo quedamos?.
—Eres mía Oli... Yo te quiero conmigo, solo que debemos seguir así hasta que pueda sacarte de las garras de Adalia... Ella me obedece pero no puedo llegar y sacarte de su cuidado, la humillaría y le daría el pie para que te maltrate ya que te vería como una rival.
—¿Rival de qué? Si ella no visita tu cama.
—No lo hace y nunca lo hizo, solo un par de veces pero ella es la reina y mi esposa delante de todo el pueblo. —asiento sin decir nada, problema suyo, a mi no me molesta lo que dice porque ya lo conocí así—. Dame tiempo Oli, y vas a ver que vamos a estar bien y yo sin temor a que quiera matarte.
—Esta bien. —baja mas hasta rozarnos la nariz.
—Por la diosa... Aun te siento en mi pene y tu sabor en mi boca, casi no he podido dormir, ni trabajar, casi no comía, me haz hecho mucha falta mi pequeña.
Cuando me besa me odio a mi misma y con todo mi ser por caer en sus garras sin dar pelea, pero caigo como una estúpida, sus manos van a mis pechos apretándolos ligeramente como le dije que lo haga cuando estábamos explorando, luego sus manos bajan hasta que alza la falda del vestido, se va moviendo de a poco acomodándose en medio de mis piernas sin dejar de besarme en ningún momento, busca que los dos estemos cómodos, busca poder tener la libertad de moverse arriba mío sin dificultad.
Cuando me penetra tiro la cabeza hacia atrás gimiendo con fuerza, siento que la cabeza se me va a explotar de lo bien que se siente, y él suelta un grito desgarrador que me hace sonreír, porque cuando estábamos juntos siempre soltaba sonidos que decía que jamás lo había hecho, decía cosas que a veces el traductor me lo podía decir y otras que no, pero medianamente comprendía cada cosa, se mueve lentamente y con tanta suavidad que me vuelve loca, alzo las piernas porque es ancho de caderas, siento que me rozaba mucho los muslos donde no encaja bien. Lo abrazo escondiendo la cara en su cuello y él me alza del culo así puede moverse mas rápido y más profundo, veo las estrellas literalmente, y cuando se viene quedo prendida con fuerza de él apresándolo con mis brazos para que no me deje, para que siga arriba mío aplastándome con todo su peso que no me permite respirar del todo bien pero de igual manera me las arreglo.
—Mi pequeña perla de costil. —sonrío moviendo la cabeza como si fuera una caricia lo que me dice—. Hermosa y valiosa.
—Extrañaba esas palabras.
—Yo te extrañaba a ti Oli bonita. —nos miramos a los ojos, le sonrío pasando mi dedo por su nariz.
—Yo también te extrañaba Randok... Cuando me dijeron que no iba a tener pareja estuve con la esperanza de que llegues a buscarme.
—Ya estas conmigo y no voy a dejarte. —me besa de nuevo en donde es el comienzo de una larga noche, cuando me deja descansar un poco me duermo súper agotada, abro los ojos cuando me sacuden.
—¿Si?.
—Señorita. —miro a la chica casi sin entender nada, hace tiempo que no dormía tan bien—. La reina la solicita de inmediato.
—Ya voy. —me desperezo gimiendo de lo cansada que estoy, vuelvo a mirarla dándome cuenta que no sale y yo alzo las cejas—. ¿Pasa algo?.
—No quiero asustarla pero... La reina se va a enojar muchísimo con usted, no le gusta que las concubinas se queden a dormir en el lecho del rey.
—Gracias, no sabia nada que no podía quedarme, nadie me dijo nada. —me cambio rapidito, casi corriendo voy a la sala de la reina sin decir que mas que asustada, cuando llego están todas ahí comiendo y todas me miran.
—Olivia. —se para a penas entro, camina lentamente hacia mi haciéndome temblar de miedo—. Dime algo ¿Recién el rey te deja?.
—Señora yo...
—¿Toda la noche hasta este momento te utilizó?.
—Me dormí señora. —me tira de una cachetada, llevo una mano dándome cuenta que me sacó sangre, se agacha alzándome la cara desde la barbilla, lloro viéndola a los ojos.
—A penas queda satisfecho, te retiras de inmediato, ¿Acaso Alja no te lo dijo?.
—Si, —no voy a decir nada o la va a castigar—. Me lo dijo, pero me dormí... Discúlpeme.
—Llévenla a trabajos forzados por una semana y sin comida.
Me llevan al otro lado del palacio donde no podemos ir las mujeres ya que ahí se alojan los soldados sin familias y son muchos, ya que no hay mujeres para casarse, y sin mujeres no les importa tener una casa ya que acá tienen comida y ropa limpia en todo momento, y en sus casas ellos tienen que hacer esas cosas, prefieren estar acá que solos.
Debo cuidarme la espalda o uno me agarra y nadie me va a escuchar por mas que grite con el alma, y realmente no esta en mis planes ser violada, y sé que Randok si se entera que estoy acá no me va a sacar porque Adalia me mataría por ser una rival, eso lo entendí, si ella se siente amenazada por alguna mujer en que su puesto va a rebajar, la borra de la lista sin lastima, y eso Randok lo sabe de sobra.
—¿Estas bien?. —me paro como un rayo dispuesta a todo para defenderme, pero él niega—. Tranquila, no te asustes, no te voy a hacer nada.
—Si claro, como todos los otros que dicen lo mismo y después se me vienen encima. —agarro el cepillo con mas fuerza, al menos un golpe voy a darle.
—Te vas a lastimar. —se sienta en la cama sacándose las botas para ponerse otras—. Estoy interesado en una bella dama y tu no me apareces atractiva ni para sacarme las ganas.
—No me calmas nada. —va a su ropero sacando algo, duermen dos hombres por habitación a no ser que tengan un puesto alto, ahí ya tienen su propia habitación.
—¿Cuánto tiempo estas castigada?.
—Hoy es mi último día.
—¿Sin comida?.
—Si. —me tiende un pedazo de pan que lo devoro con ganas, mis tripas rugen con fuerza.
—¿Y qué hiciste para estar castigada?.
—Me quedé mas de la cuenta en el lecho del rey.
—Ssss... Mal ahí. —lo miro ir por toda la habitación buscando cosas sin dejar de comer el pan—. La reina no comparte su gloria con nadie... Espero que aprendas con esto.
—No fue mi culpa y si, aprendí la lección. —mira a una chica que parece nena.
—Mane ¿Qué haces acá? Ya te dije que no te vean. —el muchacho le habla pero aún así ella viene hacia mi y me da agua.
—Creo que ya vienen a buscarte. —se va sin decir nada mas y él hombre alza los hombros.
—¿Cómo te llamas?.
—Kog, ¿Y tu?.
—Olivia.
Se va y sigo fregando, me siento tan mal, me duele todo y estoy súper descompuesta, solo ese pedazo de pan comí en siete días, el resto he estado a pura agua y me daban a cada dos días una fruta, en estos días sentía que me moría, y realmente no quiero volver a sentirme así nunca mas, no creo que me vuelva a mandar con Randok, pero si lo hace, sé que no debo dormirme, me debo ir de inmediato o la próxima si me que azota.
Una vez bañada y cambiada me llevan a los aposentos de la reina para cenar, mis manos tiemblan de ansiedad para poder comer algo, es lo que mas me desespera, comer, jamás creí que podía llegar a pasarme esto, cuando uno esta acostumbrado a comer a diario y todas las comidas, cree que estas cosas no pasan, que todas las casas tienen comida en sus mesas, pero de mala manera aprendí que no es así,
—Olivia. —hago una reverencia y me apunta mi lugar—. Siéntate y come.
—Si señora. —me siento y como con ganas, Ruth y Abril me miran sin decir nada hasta que ya no me entra nada mas.
—Oli ¿Estas bien? Estas re delgada.
—No comí nada mas que dos frutas y un pedazo de pan. —entra un joven y va donde la reina, le dice algo y ella se para.
—Olivia acércate. —voy con miedo a que me mande de nuevo a hacer cosas feas.
—¿Si señora?.
—Vas a ir a devolver un favor con un general. —el suelo bajo mis pies se abre al oir eso—. Vas a complacerlo de la misma forma que complaciste al rey... Y ahí si puedes quedarte a dormir. —me dan ganas de mandarla a la mierda porque sonríe—. Alja prepárala.
—Si señora. —vamos a los baños así me prepara, me da un frasquito y lo mete en medio de mis pechos.
—¿Qué es?.
—Cuando llegues, él va a pedirte que le hagas masajes. —asiento escuchándola con detalle—. Luego te pide una bebida, elige la azul, le pones todo el liquido... Una vez que se lo tome llévalo a la cama y comienza a desnudarte. —hago puchero ya que me mandan a prostituirme una vez mas, me agarra de los hombros sacudiéndome un poco—. Se va a dormir pero ponle en su mente que te desnudaste... Desnúdalo y apriétate los pechos hasta que te queden marcas, en las caderas y piernas también, y acuéstate a su lado.
—Si cuando se levanta quiere acostarse de verdad, ¿Qué hago?.
—Lo va a dormir toda la noche, cuando se despierte ya se tiene que ir a trabajar.
—Bien... Gracias.
—Mi deuda esta saldada.
—No lo hice para que me lo devuelvas.
—Créeme que cuando lo veas lo vas a agradecer.
—Gracias Alja. —no sabe que hacer cuando la abrazo.
—No lo vuelvas a hacer... En este lugar no es bien visto esto. —me llevan con el hombre que no tengo idea de quien es, cuando entro a su habitación veo a un tipo asqueroso, no hay forma de describir nada bueno ni lindo de él.
—Adalia me dijo que iba a mandar a su mujer mas hermosa. —trago duro cuando viene hacia mi y agarra mi pelo poniéndolo atrás de mi oreja, acaricia mi cuello hasta que se dirige a mis pechos.
—¿Le hago unos masajes mientras toma una bebida?. —voy al estante de bebidas sin que me diga que lo haga, cuando se sienta le pongo el liquido que me dio Alja en la bebida.
—Necesito unos buenos masajes así puedo rendir toda la noche... Necesito una mujer cumplidora y espero que lo seas querida. —no digo nada mientras le doy el vaso, cuando veo su espalda me da terrible asco, llena de granos verdes y como escamado por heridas mal curadas, debe ser un buen soldado pero muy maltratado—. ¿Qué pasa que no empiezas?.
—Necesito un poco de agua. —no puedo parar de fregarme las manos con tal de no tocarle la espalda—. Sé una forma que lo va a complacer mas.
—En el baño. —junto agua en un tarro rogando que ya haga efecto el somnífero, Alja me dijo que actuaba de inmediato, cuando salgo esta somnoliento—. ¿Vamos a la cama?.
—¿Apu... rada?. —es un hombre muy grande, no tanto como Randok pero lo sigue siendo para mi, cuando estamos llegando a la cama cae dormido.
—Mierda... Mierda.
Miro todo buscando la forma de zafar, no me vio desnuda, lo subo a la cama como puedo, y con asco le saco el pantalón pero no queda bien acomodado, sino más bien parece que se va a caer, miro toda la habitación viendo que acomodar para que crea que si hicimos algo, tiro un par de cosas al suelo, hago como que realmente hubo una noche de pasión en este lugar, luego miro la cama y me niego a desnudarme, me voy a quedar despierta hasta que este despertando y le hago creer que me estoy vistiendo para irme.
—Mello venia a... —me giro viendo a Randok, mira toda la habitación y la cara se le transforma—. ¿Qué haces acá?.
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