Marina sentía la mano de Raúl por su muslo subir hasta rozar las braguitas, aspiró cortándose el aire en su garganta, los dedos expertos la hicieron temblar al jugar con sus braguitas, las tocaban sin entrar, pasó por encima como un helicóptero rozando el agua del mar, se le erizó el vientre al sentir como la acariciaba con sutileza, levantando la prenda, alcanzó su pecho, haciendo exactamente lo mismo, desesperando a la chica por un contacto más íntimo.
—¡Por favor!— le rogó Marina deseando que la tocara con todas las fuerzas de su ser.
Raúl sintió como su m*****o crecía debajo del pantalón, volvió a recorrer el camino hasta tocar la fina tela que cubría su feminidad e introdujo la mano dentro, Marina se arqueó al tocar su v****a haciendo presión con los dedos, un gemido inspiró al homb
