Marina lo miró sin entender ese cambio, ¿Por qué le pedía ahora perdón por eso?, ¿cómo podía ser que algo que le afectaba tanto y lo alejaba de ella, ahora no le preocupaba?
Raúl volvió a besarla llenándola de dudas, sus manos dominantes sujetaban su cara con delicadeza, su lengua empezó a entrar en la boca de manera sensual, antes de que fuese demasiado tarde reaccionó, lo separó de ella con mirada interrogativa.
—No puedo Raúl, estoy conociendo a alguien.—le dijo con la esperanza de que eso anulara sus intentos de llevarla a la cama de nuevo, convencida de que era eso lo que deseaba de ella.
—Lo siento, no pretendía...—intentó disculparse por la evidente frustración de la chica.
—No pasa nada, solo, no lo vuelvas a hacer—le ordenó Marina luchando con su instinto pasional, que empujab
