¡Qué se queden aquí!

1145 Words

Marina vio a un hombre e imaginó que debía ser el padre de Raúl, este los presentó. —Encantado de conocerte, Marina, mi hijo me ha hablado mucho de ti.—le sonrió. —Seguro que nada bueno.—bromeó ella mirando a Raúl. —Le importas más de lo que crees.—le dijo el hombre al oído, no queriendo saber más se apartó y se juntaron con el resto, durante esos dos días descubrió un Raúl distinto, que jugaba a las cartas, hacía hogueras por las noches y se bañaba en el lago, su pequeña no se separaba apenas de él, enamorada de su padre, igual que ella, pensó mientras los miraba jugando en el agua, "igual que ella" se repitió mentalmente, en ese instante fue consciente de que no era solo deseo lo que sentía, lo amaba, empezó a faltarle el aire y caminó un poco para despejar sus ideas. Raúl miró hacía

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