Aysel se encontraba sumamente agradecido de que este tuviera sus ojos cerrados, ya que sentía que podría llorar de la felicidad con tan simple pregunta de parte del joven, el que Badir se sintiera avergonzado de pedirle su número simplemente era la cereza del pastel, lograr que sintiera tal sentimiento por él, ante esas circunstancias. Aysel se sentía tan afortunado. Aysel- Será un placer para mí. ¿Me daría usted el suyo? Ligeramente aturdido, aún sonrojado, Badir, asintió descontroladamente con su cabeza, sacando tan rápido su móvil que casi cae de sus manos, ofreciéndolo a Aysel. Enternecido, con una sonrisa, Aysel extendió su celular al joven. Badir- ¿Este es tu celular? Pese a la apariencia de Aysel, ropa y demás, el joven poseía un celular bastante antiguo, ya que realmente no