Natalia se fue a la cama y se dedicó unas caricias íntimas a sí misma, pensando en qué sería eso tan “impresionante” que le había hecho la nueva chica a su hermanito menor. Realmente era guapa, le había gustado tanto como para follársela ella, pues Natalia de adolescente tuvo un escarceo amoroso con una amiga de clase, aunque la cosa no fue a más lo recordaba con cariño desde entonces y hasta ese momento no había vuelto a sentir algo así por una chica, hasta aquel día. Vica tenía algo especial que la atrajo desde un primer momento, algo que no podía describir, pero que estaba allí. De modo que mientras se acariciaba su rajita virgen y gemía al tiempo que se cogía las tetitas prietas y firmes se frotaba las piernas y anhelaba el momento en que una buena polla la abriera de par en par y le