Pero el tiempo fue pasando y cada día me desesperaba más ver que ninguna de las tres jóvenes se decidía a abrirse de piernas para poner su “arco del triunfo” a mi disposición con intención de que me la cepillara lo que se había convertido en mi principal anhelo hasta que un jueves por la tarde todo se complicó aún más cuándo Damián y Fernando, hartos, discutieron con ellas después de decirlas que, poco a poco, estaban logrando sacarme más leche que ellos y sin plantearse el despojarse de la braga para enseñarme y ofrecerme su chocho y su culo con intención de brindarme la posibilidad de que las penetrara, me las follara y descargara en su interior. La discusión terminó cuándo Cristina les propuso que si conseguían que, en un mes, descargara dentro del culo de ambos delante de ellas las tre