Por culpa de la aparatosa mentira que tuvo que elaborar para no ser despedida, ahora Sara debía enfrentarse a cinco largos días sin la estabilidad rutinaria del trabajo. Esto podría haber desestructurado emocionalmente a una persona como ella que necesita aferrarse a algo concreto día a día para no quedar boyando en la nada. Sin embargo Sara encaró la situación con optimismo: “Miralo como una oportunidad, Sarita —se dijo a sí misma—. Aprovechá estos días para hacer esas cosas que siempre quisiste hacer y nunca pudiste, por falta de tiempo”. Este ingenuo optimismo no le duró ni dos horas. Rápidamente recordó lo que fueron aquellos tiempos de aislamiento obligatorio durante la pandemia del 2020 y lo mal que la pasó durante tantos días sola en su departamento. Sin siquiera poder recibir vis