Luego de la experiencia iniciada con mi esposa los martes por la tarde, mi relación con Adriana, se fue haciendo mucho más íntima. Parecía disfrutar con los gemidos y las expresiones que le llegaban desde nuestra habitación. Siempre que estábamos juntos me preguntaba los pormenores de cada acto s****l con Silvia. Le manifesté del extraño cambio que mi mujer había experimentado en los últimos tiempos. Estaba mucho más dispuesta a hacer el amor y se había revelado como una hembra fogosa y expresiva dando rienda suelta a sus instintos sexuales. Adriana con una sonrisa socarrona se decía responsable de ese cambio. En realidad se lo agradecía pero en el fondo temía que le revelase lo nuestro a Silvia. Recuerdo que en una de nuestros encuentros con Adriana en un hotel alojamiento, ante su insi