—¡Aaj! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! mejor ¡Mmmh! si, así , suabe cariño ¡Mmmmh! ¡Buuuf! Te voy a cabalgar por fin ¡Mmmh! sigue, hasta el fondo ¡Mmmmh! me gusta, sigue un poco ¡Aaah! ¡Mmmmh! que gustito ¡Mmmmh! ¡Aaaaah! – empezó a gozar la cachonda Nerea, notando ya solo placer. Sabía que se correría, y le aumente el ritmo cogiendo su cabeza y besándola, para que no gritara. Y así fue, le folle sin piedad, y en un minuto ya gritaba y gemía en mi boca, pero no huía de mi mano, como hacían casi todas las vírgenes del culo, ella aguanto estoica y me clavaba las uñas en los hombros mientras se corría frotándose el coñito ahora ella, y no dejaba de follárla. Se derrumbo gimiendo suavemente, y me acaricio donde me hincaba las uñas, aminoré y se los fui sacando. Nos besábamos con pasión, y me intentaba sonre