«No, para nada —Sara comenzó a reírse—. Pero es un buen chico… y muy lindo. Aunque… sí que voy a extrañar las pijas como esta. Por eso quiero que me dejen bien llena de poronga. No sé cuándo voy a poder probar una buena v***a otra vez». El tipo que estaba delante de ella empezó a darle con todo. Los otros dos le dieron de tomar una gran cantidad de semen. —João, yo… João se puso de pie, con los ojos vidriosos. Estaba luchando por contener sus ganas de llorar. —Perdón, amor… —insistió Sara—. Lo dije sin pensar… no creas que yo… Pero su novio no estaba escuchando a la Sara de carne y hueso, sino a la del video. «Ay, sí… sí… amo las pijas grandes. Me vuelven loca. Les juro chicos que si me pongo de novia y ese boludo no me satisface, me hago coger por ustedes todas las semanas. No voy a