Jazmín, entro en casa, saludo a su hermana y se tumbó en el sofá con las piernas en alto. No se acordó ni de su hijo, ni de que tenía que darle el pecho. —¿Te han dado guerra las niñas? —le pregunto su hermana dejándole a su hijo encima. Reacciono, y se abrió el vestido, muy fácilmente, recordando que yo no pude, y soltando una risita. Le dio el pecho a su hijo, que lo atrapo ansioso al notar que salía la leche más rápido que de costumbre, y le dijo a su hermana con una sonrisa: —He sido elegida, le gusto mi sabor, y me a germinado. —¿De qué hablas hermana?, no te entiendo— le pregunto viendo su cara feliz, y su pelo pegado a la frente sudorosa. —He conocido a un demonio Kartum, pero uno bueno. Cuida a las chicas por las mañanas, y me a hechizado con su mirada, enseguida note que era