30 días después
Un mes había pasado de esa maravillosa y dolorosa noche. Maravillosa por todo lo acontecido con ese hombre del que ni siquiera me preocupe por preguntar su nombre, y dolorosa porque había dejado la vara muy alto. Muy alto.
Lo del experimento de perder la virginidad para perder mi miedo a las relaciones había dado un buen resultado. Ese bloqueo mental mío fue cediendo con notoriedad. Alba me llevó a una cena de citas rápidas, era un poco bizarro, pero fue exitoso, pude charlar con los hombres con los que disfrute cada tiempo de la cena, uno por tiempo. Al final dos me pidieron salir en otra ocasión.
Al primero llamado Juan lo vi un par de veces, pero no había conexión. Me quiso llevar a la cama como despedida, pero no despertó el deseo que mi desconocido había despertado con sus besos, por lo que no nos acostamos. El segundo fue uno llamado Alfonzo, me fue mejor con él, me da algo de pena admitir esto pero se me hacía parecido al desconocido, físicamente.
Era abogado, tenía 35 años y era bueno en la cama. Nos acostamos dos veces. Pero a pesar de que objetivamente todo estaba bien, fue firme, no fue egoísta, algo faltaba. No era solo su cara, necesitaba más del desconocido. Por lo que fue un “no estoy preparada para compromisos”. Lo cual acepto y cada quien por su parte.
Comentando mis penas a Alba me explicó, que había pasado muy poco. Que idealice a este hombre porque solo nos vimos una vez. Y que supiera mi nombre me había obsesionado. Que fui afortunada pero que debía continuar.
Me alegro saber que entre tanto tinte color fantasía e historias locas sexuales, la del Ladyboy en Bankgok ganó el puesto de oro, todavía había algo de sensatez en mi hermana menor. Sus palabras me hacían sentido. Me deshice de mis inseguridades, había tenido sexo con dos hombres, salido propiamente con dos, podía descansar si quería.
Además tenía mucho trabajo con este nuevo proyecto en mi empresa. XY Media Group era relativamente nueva en el país, puesto que su base principal estaba en Estados Unidos, y la segunda más grande en Hong Kong, pero eso no evitó que esta base se estuviese desarrollando a una velocidad optimista.
La última apuesta a ella era un concurso nacional a nuevos talentos. La empresa se encargaba del desarrollo de aplicaciones así como páginas webs, revistas digitales, videos interactivos. Era en sí un estudio de diseño gráfico y comunicación. Y el concurso consistía en el desarrollo de una nueva aplicación. La empresa estaba buscando un programador o un afín con una app innovadora capaz de revolucionar el mercado.
Se seleccionarían tres proyectos, y estas tres personas trabajarían la propuesta como empleados temporales en la empresa. El ganador después del periodo competencia, iría a Hong Kong a desarrollar la app por completo.
Ya habíamos seleccionado a dos candidatos, y hoy había sido el día de entrevistas para el tercero. Porque los postulantes fueron divididos en tres áreas de acuerdo al sector enfocado para facilitar el proceso de selección.
De las entrevistas nos encargamos Gabriela, la gerente de recursos humanos; y Gabriel, linda coincidencia, el gerente del departamento de análisis y programación. Y yo, la gerente de Marketing y Publicidad. Hace unos minutos Gabriel me avisó por llamada que el último candidato venía a la sala de juntas, donde yo esperaba por hacerle la última entrevista.
Los tres entrevistamos a los 15 candidatos, solo hoy. Y de los 15, a pesar de no haber escuchado a este en persona, era mi proyecto favorito por los esquemas, diseño y propósito. Rentabilidad también. Se trataba de una aplicación de encriptación de datos incorruptible. En la actualidad la venta de información en las aplicaciones era el alimento de las empresas como esta, pero la nueva gerencia estaba buscando dar un paso al futuro. Garantizar a todos nuestros usuarios que éramos diferentes a la competencia.
El potencial era el enorme, porque si se desarrollaba adecuadamente podría extralimitarse a otros campos de inversión. La sede principal tenía nexos con grandes corporaciones, y podía ver cómo este código podría ir más allá. Gabriel estaba de acuerdo conmigo, Gabriela no. Pero fuese quien fuese este Noah Montés tenía una mina de oro en su cabeza.
La puerta se abrió con el que suponía era el famoso Noah, y lo primero que puedo observar es al hombre que se convirtió en mi primer amante en un traje de entrevista trabajo. Sus ojos me reconocen al instante y puedo percibir que no es una sorpresa para él que yo esté aquí. Pero para mí sí lo es. ¿Qué diablos hace él aquí?
Y antes de que pueda hacerme historias de amor en la cabeza o historias porno en esta mesa, mi vista baja a su mano izquierda… tiene un puto anillo de matrimonio.
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Hola de nuevo! Como podrán imaginar a partir de acá es donde comenzará una serie de eventos desafortunados para Olivia. Por lo que evidentemente no pueden dejar de leer. Para saber cómo luce Olivia y Noah, ya saben que pueden recurrir a mi i********: @paola_yuu . Abrazos!