-Señoritas, ¿Puedo unirme a ustedes?- Widow sonrió y abrió los brazos, su esposo tomó su mano y la mía y básicamente ambas bailábamos para él. Sentí su paquete contra mí, estaba erecto. Y yo ansiosa por un poco de sexo. Los tres bailamos por un rato y poco a poco, en cuestión de minutos, el ambiente se iba volviendo más íntimo, en el momento en que la mayoría de la gente abandonó el sitio, más parejas se unieron a la pista y, hasta donde pude ver, los bailes eran más y más candentes cada vez. -¿Tomamos algo?- murmuré para los dos y les pareció la idea. Escuchando a James hablar sobre algo fuimos siendo aún tomadas de su mano hasta la barra. Pedí un trago seco y una gaseosa aparte, ellos sonrieron. -Definitivamente no sigues las normas- comentó Widow y su esposa se rió. -Quiero diverti