Una hermosa cobra tenía vida en el espacio vacío que hasta ahora era mi piel. Se veía impresionante, con trazos limpios, su silueta y detalles sutiles la hacían fenomenal. -Vaya, Acid, eso está alucinante- reconoció Aslan mirando muy de cerca mi pierna- Quedará asombroso. -También lo pienso- murmuré y le guiñé el ojo cuando me miró. -¿Y bien?- busqué a Semir a través del espejo, ni siquiera me miraba a mí sino que se ponía los guantes, me acerqué a la camilla en silencio y apoyándome en su hombro subí a ella. -Continúa- pedí y me miró divertido. -Podrías ser más dulce si te lo propones, ¿Sabes?- bromeó y As disimuló su sonrisa. -¿Quieres que te alabe?- pregunté arqueando la ceja. -Ciertas personas creerían que es arriesgado el discutir con alguien que dejará huellas permanentes en t