Tessa no parecía encontrar las palabras exactas, estaba atónita. No esperaba que finalmente ese día llegara tan rápido.
—¿Este sábado?— Preguntó con la esperanza de no ser esa fecha.
—Así es. Al menos que tu encuentro con tu novio te haya hecho cambiar de parecer, y si es así, solo dilo ahora y nos olvidamos de todo esto— Dijo con seriedad.
Tessa se fue por un momento lejos, sus recuerdos pasaron por su mente, recordaba los besos, las palabras y todo lo que tenía que ver con su relación anterior.
—Por su puesto que nos casaremos. ¿Dónde será la boda?— Preguntó decidida.
—Donde desees, eso puedes elegirlo tú— Le dio la autorización.
—Deseo que sea en el jardín de mi casa, supongo que aunque no es muy grande, no tendremos muchos invitados— Finalmente dijo.
Jack se quedó observando unos segundos su expresión, y era más que claro que no había ninguna felicidad en ella.
—Enviaré a alguien para que deje todo listo y que el sábado solo lleguemos, por favor cómprate un vestido blanco—
Jack sacó de un cajón una tarjeta color n***o, era más que evidente que el dinero no era un problema para él.
—No es necesario, puedo comprar un vestido con mi dinero— Dijo Tessa dejándolo asombrado.
Sin escape ese respuesta, salió de la oficina, estaba visiblemente afectada por su pronta boda.
Justo cuando la puerta se cerró, segundos después se abrió nuevamente.
—Querido amigo, he vuelto, y como siempre con buenas noticias, la empresa se seguir consolidando como la mejor a nivel mundial— Dijo Franko el vicepresidente.
—Me alegro mucho Franko— Respondió al levantarse y abrazarlo.
Franko pudo notar la leve distracción de Jack, lo cómica muy bien y sabía que algo podía estar rondando su cabeza.
—¿Qué te pasa?— Preguntó Franko.
—Este sábado me caso, así que estás invitado— Dijo sin rodeos.
Franko no pudo evitar mostrar su confusión, pero a la vez soltaba una sonrisa de alegría.
—Espero que eso sea bueno, porque honestamente después de lo sucedido, pensé que no volverías a casarte.
—Ya lo sé, igual yo, pensaba lo mismo, pero no puedo dejar pasar esta oportunidad— Respondió con pensamientos profundos.
Franko estaba realmente asombrado con cada palabra, no podía entenderlo del todo.
—¿Dejar pasar la oportunidad?. ¿Con quién te casas?— Preguntó.
—Con Tessa, Tessa Morris— Finalmente confesó.
Franko soltó una sonrisa de alegría, y aparente satisfacción.
—Pero Tessa jamás se detuvo a mirarte ni siquiera.
—Pero con que yo lo haya hecho está bien. Su padre se llenó de deudas e incluso a mi me tomó prestado, así que hicimos un trueque, su hija por dinero y acepté— Finalmente dijo.
Después de la conversación que Tessa sostuvo con Jack, sus pasos la llevaron automáticamente a la tienda de su amiga Maura, una pequeña boutique pero con elegancia.
La campanilla sobre la puerta sonó cuando Tessa entró, y Maura, que estaba detrás del mostrador, levantó la vista con una sonrisa cálida.
—¡Tessa! ¡Qué sorpresa verte por aquí! —exclamó Maura, acercándose para darle un abrazo.
Tessa intentó devolver la sonrisa, pero se notaba el peso en sus hombros.
—Hola, Maura… —respondió, su voz apenas audible mientras se apartaba ligeramente.
Maura notó la tensión en el rostro de su amiga y frunció el ceño con preocupación.
—¿Estás bien? —preguntó, mientras Tessa caminaba lentamente hacia una de las secciones de la tienda donde colgaban varios vestidos blancos.
Tessa tomó uno de los vestidos, sus dedos rozando la suave tela mientras miraba el delicado diseño.
Un suspiro escapó de sus labios.
—El sábado me caso, Maura —dijo finalmente, rompiendo el silencio que se había formado entre ellas.
Maura la miró con angustia.
—¿Qué? ¿Cómo? Pensé que eso podría desaparece, no creí que todo fuera a ir tan rápido—preguntó Maura, sin poder ocultar la sorpresa en su voz.
Tessa dejó el vestido de vuelta en el perchero y se giró hacia su amiga, sus ojos llenos de una tristeza profunda.
—Jack Clerk, él ha decidido seguir hacia adelante con la boda, así que este sábado me caso— respondió, y luego, como si esas palabras hubieran roto una barrera dentro de ella, continuó—. Todo ha sucedido tan rápido… Ya sabes que es un acuerdo, Maura, no es por amor.
Maura se quedó en silencio por un momento, asimilando que Tessa, su mejor amiga se casaría sin amor.
Luego, la abrazó con fuerza, como si quisiera ofrecerle el consuelo que las palabras no podían.
—Tessa, no tienes que hacerlo si no quieres, tu padre puede encontrar otras soluciones, me parece de muy mal gusto que tu padre Antoni permita esto—susurró Maura.
—No tengo otra opción —respondió Tessa, sintiendo que su voz temblaba—. Está decidido, no voy a retroceder, así que necesito que estés conmigo ese día… no puedo hacerlo sola.
Maura asintió, estaba dispuesta a estar en cualquier etapa de la vida de Tessa.
—Estaré allí, Tessa. No te preocupes, no te dejaré sola en esto.
Después de esa breve conversación, Maura ayudó a Tessa a Conseguir un vestido blanco para su boda.
No era lo que esperaba, pero era perfecto para el día de su esclavitud.
Mientras estaba en el tocador midiéndose el vestido, Tessa recibió un mensaje.
Jeison: Por favor ven a mi departamento, pronto me iré nuevamente y te prometo que te dejaré en paz.
Tessa suspiró hondo, estaba entre la espada y la pared, quería dejar el presente atrás, pero eso era imposible.
Después de tomar el vestido que deseaba, Tessa se subió a su auto, condujo hasta el departamento de Jeison y con el juego de llaves que tenía, no dudó en entrar.
—¡Jeison!— Exclamó Tessa su nombre mientras se dirigía hacia la habitación.