Un perdon

1464 Words
–Jetro... –suspiró intentando mantener la paciencia que le prometió a su esposa que tendría con su hijo, sin importar lo que éste dijera o hiciera en su contra, y justo en este momento se siente tan ofendido y molesto por la manera en la que él le habla, que intenta tomar y reunir toda la paciencia que mantiene su cuerpo y continuar hablando con su hijo muy paciente. –no papá, sabes que no, no soy como tú, no soy valiente, ni un príncipe romántico que conoce el amor de su vida y se enamora para siempre de ella, que tiene hijos y vive en una casa feliz, no, no lo soy. Soy el idiota que comete tantos errores que a veces pierde la cuenta, y no te quiero en este momento aquí, por favor, así que solo vete y déjame sólo, estaré en la boda de Alaia, lo prometo, no faltaré –dijiste caminando a la puerta. –Tu madre cree que estás te alejando de ella y yo sé que es así, sé que también lo haces conmigo y también sí que es por mí, pero dame la señal. Dime algo, ¿que es lo que tanto odias de mí?, ¿cómo voy a saber que cambiar o que arreglar si ni siquiera me lo has dicho? –preguntó insistiendo una vez más en saber una razón real por la que su hijo está constantemente a la defensiva con él. Jetro estaba siendo un idiota y ya lo sabía, pero no podía dejar de hacerlo, él solo hecho de que su papá tuviera una vida perfecta y esperara de sus hijos lo mismo, lo detestaba, pero las palabras de su padre respecto a su madre calaron tan hondo, que intentó ceder un poco, por lo menos esta vez. –No te odio papá. ¡Dios!, amo a mi madre y ella lo sabe, y lamento sí le hice creer que no era así, porque realmente amo a mi madre, y sé que no siempre estamos de acuerdo tú y yo, pero tampoco significa que te odio, simplemente que necesito espacio. –dijo evadiendo la mirada de su padre. –hijo, yo no sé qué fue eso qué hice o qué sientes, que tengas todo eso para mí –dijo e inevitablemente pensó de su madre, en la insistencia de ella en acercarse a él y eso lo hizo sentir aún peor. –pero sea lo que fuese, te pido perdón, porque te amo, porque eres mi hijo, es porque mi único propósito en la vida es hacer de tu vida, la de tus hermanos y la de tu madre cada día más feliz... –dijo y esto realmente llegó a tocar fibras sensibles dentro de Jetro, quien se dejó caer sobre la cama. –Eres tan perfecto que siento que jamás voy a ser como tú y odio eso. –dijo y Alejandro evitó a toda costa hacer mohines o reaccionar de alguna manera que pudiera frenar a su hijo respecto a su confesión. –odio que me comparen contigo, con la clase de persona que eres en los negocios de la familia y todo aquel que tú conoces, y me comparan contigo, lo odio. No te odio a ti, odio que me comparen, detesto tanto que tengas una vida tan perfecta, que... no lo sé... –divaga al sentirse expuesto. –siento que es una sombra muy grande la que tengo que cubrir... –soltó con hastío. –Jetro yo no soy perfecto –se sentó junto a él –estoy por mucho lejos de hacerlo, sino, que te lo diga tu madre –dijo y sacó su billetera. Jetro no podía entender qué era lo que su padre buscaba en ella en absoluto. ¿Acaso le pensaba dar dinero? –¿Sabes quién es ella, no es así? –preguntó entregándole una foto de su madre y él asintió. —Es mi abuela, tu madre, ¿no es así?,¿pero qué tiene que ver ella con lo que estamos hablando ahora? –preguntó tomando la foto, la veía con añoranza. –Nosotros... –suspiró con pesar. –tu madre y yo no les hemos dicho muchas cosas que pasaron, mucho antes de que ustedes nacieran. –¿Que la abuela murió?, ¿que perdieron a nuestro hermano mayor?, sí padre, ya lo sabemos –dijo resaltando lo obvio. –Sabes que existe un hermano mayor y sabes que tu madre lo perdió, lo que no sabes y espero que esto quede solamente entre tú y yo, es porqué lo perdió, y que fue mi culpa... –dijo y Jetro negó con la cabeza, no entendía. Alejandro sabía que en el momento que le dijera a su hijo su versión de la historia, era bastante complicado, sabiendo que de por sí ya lo detestaba y tal vez al decirle en lugar de darle una lección de que su padre no es perfecto, podría darle la idea equivocada y lo odiaría aún más. –Papá, no tienes que mentir, es imposible, tú serías incapaz de lastimar a mamá y mucho menos si estuviera embarazada, si vas a mentir por lo menos hazlo bien –dijo levantándose de la cama. –Cuándo conocí a tu madre yo tenía una aventura con alguien más, era alguien a quien nosotros... mi grupo de amigos lo conocíamos, y eso fue un problema para mí cuando empecé a salir con tu madre, fue un problema que arrastré desde entonces hasta que tu madre estaba embarazada, y hubo tanto caos que ella literalmente la aturdió tanto, que al caminar por la calle descubriendo partes imperfectas, de tu padre imperfecto, no pudo ver un un auto que se acercaba toda velocidad hacia ella y la atropello, y esa fue por la razón por la que perdió nuestro primer hijo. –dijo y al decirlo sintió tanto dolor como el primer día en que lo perdió. Jetro nunca había visto a su padre tan conmovido como ahora, porque realmente Alejandro nunca se había mostrado conmovido o triste, o vulnerable frente a sus hijos, siempre había sido como una autoridad estricta para ellos. –yo... eso no lo sabía, creo que ninguno de nosotros lo sabíamos. Ustedes nunca hablan de lo que pasó antes, solo exactamente lo que pasó, la abuela, nuestro hermano mayor, como se conocieron, y el abuelo, pero nada más –dijo sentándose nuevamente junto a su padre. –Antes de tu madre, de la mujer que es el amor de mi vida, yo era como eres tú. –mira a su alrededor –solía estar en mi departamento solo, a oscuras, en silencio... justo cómo estás tú ahora. –Y entonces conociste a mamá y todo fue perfecto... –se resintió una vez más, porque eso parece que su padre intentaba venderle una idea muy romántica de la perfección. –Conocí a tu madre por casualidades de la vida, llegó en un momento que no le esperaba y de una manera que realmente era desconcertante, pero una vez que entró a mi vida, sí. –sonrío al saber que su hijo odiaría todo lo que él diría ahora. –Todo cambió para mí, la manera en que veía el mundo, la manera en que veía mi familia, a mi madre, todo en mi entorno fue diferente cuando llegó ella, pero no fue fácil... me hizo perfecto. Así que no, no te diré que es perfecto, que el amor es color rosa por que realmente no lo es y no sé si estamos aquí hablando por amor o por qué crees que soy perfecto, pero si te sirve de algo, si en algo ayuda para que mejores un poco menos –se levantó de la cama –no soy perfecto, no he sido perfecto como padre si tú me odias, no fui perfecto como esposo porque tu madre perdió a nuestro hijo y fue mi culpa, no soy perfecto como amigo porque llegué a caerme a golpes con Jack, esa historia sí la sabes. –dijo él asintió –no soy perfecto como ser humano, porque a veces pienso que si le doy dinero algún mendigo en la calle lo va a usar en alguna adicción, y no en comida como yo espero que lo haga, si me odias por ser perfecto te puedo decir desde ahora que no deberías odiarme, porque no soy perfecto, nunca lo fui, tal vez nunca lo sea, pero soy tu padre, siempre lo voy a hacer y amo serlo, realmente espero que te tomes el tiempo que necesites, pero por favor, no te alejes de tu madre, ni de mí, porque nosotros nos preocupamos por ti, y te amamos demasiado. –dijo y caminó hacia la puerta del ascensor.
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