Lo prometo

1727 Words
–No tiene que mentirle a una mujer que va a morir eso es pecado. –dijo recordando que su hija le había dicho que él era correcto, así que tal vez también sería católico, por lo que incitar a hacer lo supuestamente correcto, condicionado por la religión también era parte del plan. –sé que voy a morir, pero también sé cuándo me mienten. –insistió enfatizando en el "mienten" para hacerlo aún más culpable. –No le miento. –dijo con real firmeza, tomó aire por lo difícil que significaba esto para él, pero ya estaba ahí y ya había cometido tantos errores a su paso que no quería cometer más. –le prometo que me casaré con su hija, porque sé que es lo correcto y también sé que con el tiempo llegaré a amarla, y la haré muy feliz. –asintió con tanta sinceridad como culpa. –Me promete señor Jetro... –dijo tosiendo exageradamente. –Que sin importar lo que pase, ¿se casará con mi hija y le hará feliz? –volví a preguntar, quería asegurarse de que él estuviera tan comprometido como ella lo planeó, quería que no solamente ella lo supiera sino que él también se sintiera así. El tomó su mano. Se veía afligido y se notaba que se sentía culpable y mal consigo mismo, una persona moralmente correcta jamás habría insistido en una promesa al verlo en tal estado, pero Tina tenía un solo propósito con su hija y era casarla con alguien que le pueda facilitar su vida y su venganza con dinero, mucho dinero. Con gran pesar y culpa, después de un par de segundos y pese a que él sabía todo lo que iba a pasar al decir esa promesa, y sabiendo que tenía que cumplirla tal cual, porque realmente se lo estaba diciendo a alguien que estaba por morir, lo dijo. –voy a casarme con su hija y será muy feliz, se lo prometo, así será. –dejo cuando por fin escuchó que la puerta se abrirse. Su corazón de un vuelco, deseaba internamente de una manera infinita que ella hubiera abierto la puerta mucho antes él hubiera evitado hacer tal promesa, era demasiado para él. –¿Qué haces tú aquí? –dijo mientras caminaba de prisa hacia su madre y tomó su mano prácticamente arranchándola de las manos de Jetro. –de hecho vine a hablar contigo y sé que... –intentó dar una explicación, pero Isabella no se lo permitía. –tú no tienes nada que hacer aquí, no tienes por qué estar aquí, aléjate de ella –dijo furiosa. –hija... –sonrío al verla y enseguida empezó a toser exageradamente, lo que alarmó Isabela ya que estaba tan enojada con jetro y tan furiosa por lo que acaba de pasar en casa de él que había olvidado que su madre le había dicho sobre el plan para conseguir un esposo adinerado para ella. –Él solo vino a pedir tu mano y tú... –tomo aire con mucha dificultad, pero todo era una actuación, aunque como Isabella no lo sabía empezó a preocuparse en serio, lo que ayudó a que fuese más real para Jetro. –Por favor, no se ponga así, solo cálmese –dijo Jetro realmente estaba alarmado con su estado, no sabía si además de todo lo que había pasado en el día, iba a ser también el causante de la muerte de una mujer, eso sería demasiado para él Isabela furiosa lo sacó empujones de la habitación gritándole una y otra vez que no tenía nada que hacer allí, que no lo quería volver a ver y que se fuera, y la dejara en paz hasta que llegó a la puerta, y le cerró la puerta en la cara. Avergonzado, sin saber qué vas a hacer se quedó por un par de segundos allí de pie en la puerta, en las demás habitaciones había personas y había un silencio inmaculado, únicamente se podía escuchar las máquinas por lo que no fue difícil que todo el escándalo que causó Isabella llamara la atención de un par de enfermeras, que se acercaron a la habitación. –¿Todo está bien?. ¿Qué sucedió? –preguntó una de ellas al ver a Jetro de pie aún en la puerta, oh, sí saber cómo reaccionar, nunca en su vida lo habían corrido de un lugar y menos lo habían cerrado la puerta en la cara. Él no dijo nada, guardó silencio y empezó a caminar en dirección al ascensor, las enfermeras se apresuraron a entrar en la habitación para asegurarse de que todo estuviera bien con Tina, después de un par de minutos las enfermeras salieron tranquilamente y el lugar volvió a estar incompleto y absoluto silencio. –¿Qué es lo que pasa contigo? –susurró su reclamo para no ser escuchada afuera por Jetro su madre, porque no entendía la actitud de su hija creía que solo se trataba de un capricho. –nada, no pasa nada, eso es lo que... –enmudeció enseguida, quería evitar todo impacto en su madre, estaba furiosa quería decirle a su madre que el hombre con el que ella estaba hablando, era el hijo de la mujer que la traicionó y el infeliz que la abandonó, pero no tenía el valor de hacerle tal daño, no al verla tan mal ya que pese a que las enfermeras habían entrado y revisado minuciosamente sus signos vitales y no había ninguna anomalía, aún seguía preocupada. –ha sido un poco complicado hacer que prometa un matrimonio, pero realmente espero que no creas que él te ama o se quiera que le gustas, porque él no siente nada por ti, todo lo está haciendo por culpa –dijo Tina mientras acomodaba el cobertor en su cama. –¿De qué hablas mamá?, ¿cómo es qué ...? –pregunto desconcertada, no sabía por qué su madre decía eso, creía que Jetro apenas había acabado de entrar y ahora resulta que han hablado bastante, tanto como para que su mamá sepa sus sentimientos de él hacia ella. –El muchacho vino aquí con el único propósito de desistir del matrimonio, él no quiere hacerlo, no quiere casarse. Viene aquí para intentar encontrar un arreglo, una excusa, tal vez hasta estaría dispuesto a pagar una compensación millonarias, pero nada menos, aún así supongo que servirá de todos modos, no tiene que amarte para darte todo el dinero que necesitas y buscar a los infelices de la familia Jerome. –insistió. No puede ser, es absurdo, eso es una maldita estupidez. –se abofeteó a sí misma mentalmente al escuchar a su madre. –¿Qué clase de basura era Jetro?, que llegó a ella y la besó dos veces fingiendo algún tipo de interés y resulta que al final de todo, ni siquiera le importa, es un infeliz –pensó con su orgullo herido al darse cuenta de que en realidad no era tan deseable y anhelable como su madre le hizo creer. –Isabella, ¿me estás escuchando? –la regañó tomando de su brazo con fuerza la madre, la mano de su madre era tan huesuda que sintió dolor enseguida y esto la sacó de sus pensamientos. –no me casaré con él mamá, tú no tienes idea la clase de persona que es él, y... –lo pensó, ella quería decirle a su madre, pero qué tanto daño hacía esto?, además, ahora parecía verse mejor que antes del tratamiento, tal vez funcionaba y ella podría volver a ser ella, y si ella le decía lo que pasaba con la familia a la que acababa de ir a ver, seguramente todo empeoraría ella lo empeoraría todo. –no me importa la clase de familia que tenga ese muchacho que vino aquí. Él hizo una promesa y la cumplirá, te casarás con él y si tienes que obligarlo a meterse a la cama contigo lo harás, porque necesitas que él esté dispuesto a darte todo lo que pidas, si tienes que recurrir a un embarazo hazlo, si tienes que usar el chantaje de, "si no me amas me mataré" hazlo. No me importa lo que hagas, haz lo que sea necesario para que él te dé todo lo que tiene y tú lo puedas usar, y llevar al mismísimo infierno a los Jerome –dijo y esto lejos de entristecerla o enojarla la motivó. Ciertamente Tina no tenía ni idea de quién era el tipo que acababa de llegar a su habitación tomar su mano y hacerle una promesa de matrimonio con ella, pero su madre también tenía razón, respecto algo la venganza se trataba de solamente conseguir alguien con dinero y buscar la manera de que ese alguien con dinero, destruyera a la familia que destruyó su vida, pero acaso no era mucho mejor ser ella ese algo que destruyera esa familia desde adentro, y para eso por supuesto que necesitaba ser una esposa, después de todo que mejor que destruir a algo sin importar cuán unido sean desde adentro. –mamá tú vas a mejorar estarás bien y saldrás de aquí, y algún día nos olvidaremos de todo esto que está pasando –dijo sin poder evitar ponerse sensible, ya que él hablar de su madre y la posibilidad de que no estuviera un mañana realmente la destruya. –Isabela por favor, no te pongas sentimental ahora, el tratamiento funciona todo funciona y está bien, yo estoy bien, estaremos bien –resaltó e Isabela asintió. –entonces creo que debería casarme con él ahora, solo debo pensar cómo voy a hacer para decirle que no tengo no soy menor de edad y le metí sobre eso. –usa aquellas dos cosas que son muy valiosas y que yo te las di. –sonrío acariciando su mejilla –tu cerebro para idear idear el plan necesario y obtener todo lo que sea suyo, y tu ser, tu cuerpo para hacer que él haga todo lo que tú le digas –resaltó acariciando su cabello. Esto no es una buena idea, sé que si yo le digo que la persona con la que ya me quiere casar es uno de los bastardos que ocupa mi lugar, ella me va a odiar y no lo resistiría. –pensó de manera inaudible para su madre.
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