Tan pronto Jetro se despidió de su madre subió a su auto y fue en busca de Enzo, quien ya lo esperaba en un café cercano al lugar donde se suponía sería la despedida de solteros.
–Creí que no llegarías –sonríe mirando por la ventana de cristal, mientras varios fotógrafos hacen de las suyas afuera.
–Aunque tampoco esperaba verte rodeado de fotógrafos hambrientos de novedades... –bromeo sabiendo lo incómodo que era para él, ya que a Enzo no le gusta la publicidad, pero es parte de ser corredor. –Tuve que hacer un par de cosas antes, pero prometí que estaría aquí y es una promesa que pienso cumplir –dijo solamente por costumbre, pero inmediatamente recordó una vez más a Isabella le había hecho una promesa a su madre, y ahora estaba en nada, pero cómo podía cumplir una promesa si había sido basada en mentiras, se cuestionó mentalmente si realmente valía la pena cumplir una promesa, cuando hubieron muchas mentiras de por medio, se cuestionó si moralmente era correcto cumplir la promesa, aún cuando se basa en mentiras.
–¿Qué tienes? –preguntó enseguida Enzo, conocía demasiado bien a Jetro para saber que algo lo tenía pensativo.
–¿la verdad?, pasaron muchas cosas en muy poco tiempo y aún trato de procesar todo eso, solo lo resumiré en que soy un idiota impulsivo y debería dejar de serlo, pero por alguna extraña razón no importa cuánto lo inténte eso no pasa. –dijo y Enzo sonrío.
–Bueno, como en alcohólicos anónimos... supongo que el primer paso es aceptar que tienes un problema. –bromeó y ambos rieron, lo que hizo que los flash de las cámaras que acosaban a Enzo y ahora a Jetro fuera del café, se dispararon frenéticamente.
–Y bueno, cambiando el tema... –dijo sin más rodeos. –¿Qué hay planeado para esta noche?
–Me asusta un poco el no tener ni una idea de lo que harán en mi despedida, ya que al parecer Baram le comentó a mi padre que quería hacer una despedida de solteros algo alocada y también le aseguró que no me metería en problemas, aunque no sé qué tan confiable es Baram.
–¿por lo menos aseguró que él, no se metería en problemas? –preguntó con gracia.
–Confio en mi padre y el abuelo, pero Baram es algo loco, supongo que papá debía hablar con él antes y asegurarse de que no terminemos arrestados antes de la boda. –siguió la broma
–¿desean algo para servir, o esperan un poco más? –se acercó muy amable y coqueta una asistente, que estaba específicamente asignada para ellos, que no solo se veía muy complaciente sino también sonriendo y estéticamente hermosa.
–¿tú deseas algo? –preguntó Enzo sin siquiera levantar la mirada a la mesera en ese momento.
–un café por favor –dijo y Enzo lo miró por un par de segundos, sabía lo que significaba. –que sean dos. –dijo la mesera complacientemente con una gran sonrisa y asegurándose de que Jetro la viera a sentir continuo y regresó por dónde vino para traer el pedido.
Enzo miró a los fotógrafos, y bufó.
–Alaia va a matarme si sale algún tipo de fotografías mías con aquella mesera. Dice que no debo darle material a los buitres. –negó con la cabeza.
–Entonces... ¿me estás diciendo que la única razón por la que miras tu teléfono, tus manos o la mesa cuando hay alguna mujer cerca es porque mi hermana es insegura? –preguntó frunciendo el ceño de una manera graciosa.
–No. levantó la mirada fija a él . –digo que odiaría que los medios jugarán o intentaran jugar con los sentimientos de mi futura esposa, ya que la amo lo suficiente como para hacer hasta lo imposible para cuidar su corazón de todo, incluso de las dudas, sé cómo son los medios, y se cómo puede afectar a las personas de un corazón noble como tu hermana. –insistió.
–bueno, supongo que ahora no te entiendo porque no hay nada que yo haría diferente a lo que soy ahora si estuviera con alguien, o peor aún si estuviera para casarme como lo estás tú. –dijo y empezaron a reír a carcajadas.
–¿no has pensado en casarte?, o... ¿no hay alguien que te llame la atención?, sé que tú y tus hermanos tenían una regla estricta de nada de compromisos hasta terminar la carrera, pero... por favor Jetro, no eres de piedra, supongo que alguien debe gustarte o debes sentir algo por alguien –dijo posando toda su atención en él.
–supongo que si hubiera alguien ya todos lo sabrían, ¿no crees? –dijo intentando no verse confesable respecto a lo que había pasado con Isabella, pero una vez más estaba pensando en ella.
–¿de verdad hermano? –preguntó con asombro. – digo, no te ofendas, pero todos tienen a alguien en mente o por lo menos todos tienen algo que intentar, he sido afortunado con Alaia, y James también lo escuché decir algo sobre una chica el día de la fiesta de la casa de la playa, a Maddie le gusta mucho la modelo rusa, ¿recuerdas?, la que llevó a la fiesta de la playa... y Mackenzie, por lo que supe la invitó a salir Lucas Terrell, digo... todos tienen a alguien y tú...
–¿Mackenzie con Lucas?, no lo sabía. —musitó un poco desconcertado, ya que ni siquiera tenía la ligera sospecha de que Mackenzie estuviera interesado en alguien
–sí, de hecho creo que justo ahora debe estar con él, pasé por casa del tío Dorian por un par de cosas y los vi salir juntos, así que supongo que ahí también hay algo, y luego estás tú y... –esperó una respuesta está vez.
–No soy el único, ¿qué hay de Delia, y Adela? o los demás hijos del tío Anton, ellos no...
–me refiero a que nosotros los que tenemos prácticamente la misma edad, ya estamos en algo y no lo sé, supongo que la carrera de medicina es muy exigente, lo sé por Alaia, pero aún así ella tuvo tiempo para mí. –sonrió conmovido, se podía ver en sus ojos que estaba perdida e irrevocablemente enamorado de Alaia.
–¿crees que la carrera de medicina te dé tiempo para estar con ella y disfrutar aún cuando ya pasaría veinticuatro horas en un hospital, por varios días?, y tú tendrías que viajar y seguir tu carrera, digo, en algún momento alguien tiene que ceder y uno de los dos dejará de hacer lo que le gusta, ¿no crees? –preguntó intentando evadir el tema, pero también le causaba curiosidad, ya que sabía que su hermana al igual que él estaban decididos en la carrera que querían tener y pese a que Alaia hablaba de matrimonio, no hablaba de hijos.
–es gracioso cuando lo dices así, porque es como que esperaras que algo saliera mal –dijo sintiendo cierto resentimiento en la voz de Jetro. –pero la verdad es que Alaia es joven y está tan preparada y lista para la carrera que quiere, y definitivamente me sentiría un idiota si le dijera que dejara su carrera, aún peor si ella la dejara porque sintiera que es necesario para que estemos juntos.
–entonces, serías tú quien se cedería después del matrimonio si tuvieran hijos o algo más, tú dejarías tu carrera. Creí que amabas los autos... –insistió dejando escapar un suspiro.
–amo las carreras y he amado las carreras toda mi vida, pero la mayor muestra de amor de mi padre hacia mi madre fue abandonar las carreras por lo mucho que a ella le aterraban. Dijo que habían pasado cosas, y aunque no enfatizó ¿qué cosas?, me dijo que hubieron cosas que la hicieron sentir miedo por perderle y yo lo entendí, y para ser honesto no me imagino haciendo otra cosa que no sea correr autos, porque es lo que amo, pero si dejar las carreras le diera paz a Alaia, definitivamente las carreras no tendría sentido para mí y las dejaría de inmediato. —respondió muy fluido y con serenidad, realmente era convincente.
Era claro eso estaba tan enamorado de Alaia que no le importaba incluso dejar su carrera y hasta cierto momento sintió envidia de su hermana, ella lo tenía todo y era feliz, además de tener a un hombre que realmente la amaba incondicionalmente en todos los sentidos.
–Definitivamente tienes la mano de mi hermana y mi apoyo para lo que quieras, supongo que la ventaja de ser muchos en una familia muy extensa es que tendrá muchos tíos que cuidarán a sus hijos si ustedes no pueden, incluso si solo quieren tiempo para ustedes, así que supongo que no tiene nada porque preocuparse –sonrío dejando el tema pesado de lado, el amaba a su hermana, pero no podía evitar sentir que a él le faltaba lo que a Alaia le sobraba en la vida.
–Bueno, entonces supongo que como ya tengo la aprobación para la esposa por parte del padre y ahora del hermano y también de mi hermosa bella y preciosa esposa –dijo en cuanto la asistente se acercó con los café. –Y ya esperamos los treinta minutos que me dijo Baram, ya nos podemos ir... –mira su reloj mientras Jetro ve a los fotógrafos con fastidio.
–de hecho... tenemos que esperar un par de minutos más. –dijo también él mirando el suyo.
La mesera no dudó un segundo en sonreír a Jetro en cuanto sirvió el café, así mismo como lo hizo con Enzo, pero este una vez más la ignoró por completo, lo que para ella fue frustrante.
–Entonces... ¿nos terminamos el café y nos vamos? –preguntó e Enzo con su mirada en el teléfono.
–por supuesto. –dijo dándole apenas un par de sorbos al café y dejando el dinero en la mesa.