La boda

1818 Words
–¡Hay!, tú, ven acá –le grita de mala gana de un lado del salón al otro a Lana, y ella quien aún todavía no terminaba de arreglarse, va a regañadientes a pesar de su insultante llamado. –¿Has sabido algo de la muchacha con la que fuiste a la despedida de solteros? –preguntó y ella negó con la cabeza un poco desconcertada, no entendía porqué se lo preguntaba si él tendría que saber sobre ella, ¿no se suponía que él las cuidaba cuando sean ese tipo de trabajos? –La última vez que supe de ella, fue cuando fuimos a ese trabajo al que nos enviaste juntas, pero sabes lo que pasó con mi hijo y yo... –ya, ya, no quiero saber tanto drama, solo quería saber si me va a faltar una muchacha para los shows. –dijo para disimular su preocupación, no quería verse débil o vulnerable ante sus empleadas. –Como quieras –soltó déspota también Lana, ya que era su manera de defenderse, porque Román podía ser muy y aprovechado si se lo permitían. Ésto ya prendió todas las alarmas en Román respecto a su protegida, empezó a preocuparse de verdad, no había tenido noticias de Isabella ni de su madre en todo el tiempo en el que ella no había vuelto al bar. La primera semana pensó que tal vez ella esperaría su llamado, la segunda semana pensó que en cualquier momento cruzaría esa puerta y le reclamaría el por qué no le había llamado, y a la tercera semana empezó a suplicar para sus adentros que ella cruzara la puerta, aunque fuese pidiendo trabajo, reclamando o haciendo cualquier cosa, pero saber que estaba bien, no quería buscarla porque no quería ponerla en riesgo, no después de lo que pasó la última vez. Ansioso de respuestas, pasó frente a las chicas mientras miraba todo a su alrededor como si estuviera haciendo alguna especie de requisa visual sobre las cosas que las chicas llevaron o no, pero en realidad se aseguraba de ver si Isabella se había llevado algo de las cosas que tenía allí, si su ida había sido definitiva, si había regresado siquiera por algunas de dus cosas, pero sus cosas seguían intactas, un par de cepillos y uno que otro pequeño accesorio de maquillaje estaba en su lugar, seco, incluso ya estaban agarrando algo de polvo, ya que al ser la favorita del jefe nadie se atrevía a tocar sus cosas a excepción del polvo que no le pedí permiso a nadie. Ahora más preocupado que nada sale a los camerinos y fue con Mauricio, pero para asegurarse de que nadie los escuchara se lo llevó a la oficina. –Dígame jefe. ¿Qué paso? –preguntó enseguida tomando una pose rígida, como era su trabajo. –¿algo que yo deba saber? –preguntó ya que habían estado en alerta desde que había sucedido aquel percance en el bar, y sospechaba que a lo mejor se lo había pasado algo por alto. –¿Qué fue lo último que te dijo la muchacha que traje aquí? –preguntó y Mauricio negó con la cabeza mientras intentaba recordar pero inconscientemente no había nada importante que le haya dicho, más que renegar y pelear porque era sacada del bar a rastras sin esperanza de fecha a volver. –no dijo nada en especial, a decir verdad estaba un poco molesta, discutió y pelea por continuar trabajando, pero creí que vendría. Asumí que usted había hablado con ella y por eso no había vuelto –dijo ahora también él un poco preocupado, ya que todo este tiempo había creído que ella estaba bien, y que a lo mejor ahora solo se dedicaba a estudiar y seguir su vida en algún buen trabajo, y nadie se va de mala muerte en el que claramente ya corría peligro. –Quiero que hagas algo por mí. –dijo y Mauricio asintió enseguida, estaba más que dispuesto a asegurarse de que Isabella estuviera bien. –quiero que mañana temprano vayas a buscarla a estas dos direcciones –dijo entregándole un papel –y quiero que preguntes por esa persona... –le dijo señalando en el papel el nombre de Tina, la madre de Isabella. –y tráeme aquí toda la información que puedas recabar, necesito saber dónde está y cómo está –respiro preocupado, intentó disimularlo, pero incluso Mauricio pudo reconocerlo, ya que él se sentía igual ahora. –Si señor, como diga. ¿Algo más? –preguntó y el negó con la cabeza. –bien –dijo y se volteó para salir de la oficina. –¡¡Mauro!! –lo detuvo de nuevo y este volteó a verlo. –asegúrate de que cuando vayas a buscarla, nadie... –enfatizó fijando su mirada en él. –¡absolutamente nadie!, te esté siguiendo, no quiero que los hombres de Santorini, sepan dónde está –dijo y Mauricio asintió. –te procuro llevar tu arma no puede decir quemado donde sea que vayas a verla probablemente podrías necesitar. –le advirtió, a lo que Mauricio volvió a asentir, él entendía perfectamente la preocupación de Román, aún si era o no especial para él era, Mauricio una buena persona con un trabajo un poco ilegal, pero seguía siendo una buena persona y le preocupaban realmente las chicas del lugar. –Sí señor, cómo ordene usted. –dijo guardando el papel que él le había dado en sus calcetines, ya que era el único lugar que nadie más vería por accidente. Isabella se ha mantenido encerrada, en su departamento, abrazada a las cenizas de su madre. No duerme, no come y apenas se mantiene en pie. Perder a su madre es lo único para lo que no estaba lista, ya ahora, no sabe qué rumbo tomará su vida. Se ha mantenido encerrada en su habitación, dentro de un departamento totalmente abandonado y oscuras no ha podido dejar de llorar ni un solo minuto, en cada segundo y cada minuto lo único que hace es crecer más y más el odio que siente por la familia que arruinó la vida de su madre, y ahora únicamente puede pensar en cómo vengarse de ellos y hacerlos pagar por todas y cada una de sus lágrimas. He pensado ni mil veces quitarme la vida. Todo sería demasiado fácil a decir verdad, todo terminaría y todo terminaría para mí, ya no sufriría más, ya no lloraría más, no estaría más sola porque donde sea que hubiese ido a mi madre después de morir, y estaría con ella, pero por otro lado, quiero ir a esa maldita casa en la que empezó todo y la incendiaria desde sus cimientos con todos esos bastardos infelices dentro, porque son ellos los que merecen morir, pero antes deben sufrir, eso es lo que no sé cómo hacerlo –se levantó a solas, en la oscuridad, con las mejillas inundadas de lágrimas, los ojos hinchados, con un intenso dolor de cabeza, que eran consecuencia de haber llorado tanto y tantas veces. Escucha pasos fuera de su departamento, después de haber escuchado una especie de discusión en el departamento de junto, y el saber que el lugar en el que vivía no era un lugar muy seguro y al no tener ahora compañera de departamento Por qué decidió dejar la universidad e irse a vivir a otro lado con su amigo drogadicto, decidió encender el televisor sin darle mayor importancia, solo para que causara ruido y cualquier persona que estuviera afuera, en caso de que intentara entrar tuviera la certeza que dentro del departamento habían personas. Le daba una cierta ventaja, ya que al estar solamente encendido el televisor, cualquier persona que quisiera meter no sabría cuántas personas habían dentro y esto le da una especie de ventaja. Cuándo encendió el televisor dejó el control en la mesa y caminaba hacia su habitación nuevamente, cuando escuchó aquella información que jamás hubiera querido saber, pero únicamente lo que hizo fue avivar su ira, su odio y su sed de venganza. Se caso la princesa del imperio Jerome, una de las solteras más codiciadas, hermosas y adineradas del mundo entero se casó hoy, en su Isla privada es la que cabe recalcar modestamente es de su abuela paterna, la gran señora Adela Jerome –dijo la periodista con mucho entusiasmo sin saber lo que sus palabras podían ocasionar. –se ha dicho mucho y nada a la vez sobre esta boda que ha estado llena de lujos, excentricidades y ha su vez, ha estado muy reservada con un límite de invitados, en el que se encontraban autoridades muy importantes a nivel mundial, todo se ha mantenido un hermetismo impecable únicamente aceptando únicamente a dos reporteros para la preboda y la boda con la finalidad económica, claro está de donar lo que los medios pagaran para la fundación, que cabe recalcar es una de las muchas que apoya la familia. –dijo orgullosa como si hablara de su propia familia, lo que dicen más a Isabella. Para quiénes se preguntan y los critican, los novios han hecho varios actos de beneficencia durante la preboda y la boda, ya que la familia se ha encargado de donar como un acto de regalo de la novia, alimentación y vestimenta afectados por el huracán en la costa oeste. Así mismo la fundación del novio quien cabe destacar que además de apuesto, sexi y muy ágil con el volante, es nada más y nada menos que el hijo del famoso corredor invicto Jack Ferrer y la eminencia de la moda... el apuesto millonario a su corta edad Enzo Ferrer, quién también ha mantenido el hermetismo pese a que ha sido varias veces entrevistado por las carreras durante todo el proceso de matrimonio, se ha limitado a decir que es feliz y que quiere que el mundo sea feliz también por él. Esta es una de las familias de la que más orgullosos estamos, porque ha sido una mejor familia que se ha mantenido unida, amorosas, siempre hermética y muy bondadosa, un legado muy importante que ha permanecido intacto con el pasar de los tiempos. –insiste en halagar la periodista, sin saber que detrás de la pantalla había una jovencita delgada rubia y ojerosa quién lloraba la pérdida la pérdida de su madre por su muerte, con desmesurado e irrevocable sed de venganza, y si en algún momento consideraba no hacerlo, ahora, gracias a todas y cada una de las palabras que ella le ha dicho, ahora lo único que podía ver pensar era en vengarse de ellos, quería venganza al costo que fuera. Ya no era virgen, no podría seguir la universidad y había perdido a su madre. Así que no importaba, podía comerse o incendiar el mundo sin que le importe, después de todo, cuando perdió su madre ella murió por dentro, no había nada que rescatar allí.
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