Narrador omnisciente — No creo que llevar comida china funcione como para conocer a tu hermano – dijo Viktoria cuando subían al auto. — A todos les gusta la comida china – dijo Damon y su novia tomó su mano, Damon la miró y suspiró. – Estoy nervioso, lo siento. — Todo saldrá bien, cariño, calma tus nervios porque sino me pones nerviosa a mí – los dos rieron, Viktoria se acercó y le dio un beso en los labios. – Te amo, ahora vamos a casa. Damon suspiró con una sonrisa y condujo a casa. Mientras tanto, Rafael pasaba por quinta vez la mano por su cabello, tuvo que beber un whisky para calmar sus nervios y tomarse dos de sus MDMA, Natalia ya estaba con unos shorts azules y una blusa blanca, su cabello estaba suelto y parecía tranquila, aunque estaba igual de nerviosa que Rafael. El auto