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1445 Words
8 Las chicas y yo salimos del aula de clases, yo tenía sueño y hambre, así que me iba a ir directamente a la casa. — Chao niñas — Les dije apenas salimos del campus de la universidad. — ¿Que hace Caesar aquí? — Preguntó Barbie. Yo me detuve en seco y mire al tipo, el estaba a un lado de su coche hablando por teléfono, hoy estaba vestido con un traje a la medida color n***o, la luz del sol se reflejaba en su cabello castaño haciendo notar un par de motas doradas en el. — Tal vez viene a verte a ti — Le dije. Barbie le gritó y el volteo a vernos. — Tu hermano es muy sexy — Dijo Clau. — claro que no — Respondí de inmediato. Caesar empezó a caminar a nosotros, él llegó, le dió un beso en la cabeza a Barbie y saludo a Clau. — Vámonos — Me dijo mirándome a los ojos. — ¡Estás loco! — Le dije. Caesar envolvió su brazo en mi cintura y me levanto. — Nos vemos hermanita — Le dijo él. Barbie y Clau me quedaron mirando sin comprender, pero es que yo tampoco estaba comprendiendo de qué va todo esto. — Bájame rinoceronte — Le exigí. — Desde ahora eres mi responsabilidad — Me dijo. — ¿De que hablas? — Le pregunté. Él me bajo frente a la puerta del copiloto y me miró. — Tu padre me pidió que te cuidara y eso es lo que haré, desde hoy quiero que me veas como una autoridad — Me dijo. Yo empecé a reír, este tipo estaba demente. — Que te den por culo — le respondí. — Empezamos mal, ahora sube al coche que voy a explicarte cómo son las cosas en mi apartamento — Me dijo. Yo intenté apartarme, pero él me lo impidió. — ¿Como que en tu apartamento? — Le pregunté. Caesar sonrió ampliamente. — Viviremos juntos hasta que tus padres regresen — Me dijo. No puedo creer que mi padre me deje con cualquier persona, este tipo podía ser un abusador. — Tengo mi casa, así que te jodes — le dije. Caesar sonrió y me agarró de la cintura, atrayendome lentamente a él. — Eres mía por el tiempo que tus padres estén fuera del país — Me dijo. Yo lo empuje apartandolo de mi. — Voy a j***r tanto, que cuando me veas saldrás huyendo de mi — Le dije amenazante. — Crié a Barbie, lidiar contigo es pan comido — Me dijo. Yo me di la vuelta, abrí la puerta del coche golpeado su abdomen y después entre. Baje la ventanilla del coche y saque la cabeza. — Si querías tener hijos, yo haré que esa ilusión desaparezca — Le dije con una sonrisa. Me acomode en el asiento y puse los pies en el salpicadero. Caesar entro al coche y me miró. — Baja los pies y ponte el cinturón — Me ordeno. — No — Le dije tajante. — Si tú creías que tu padre era un dolor en el trasero, te voy a demostrar que yo puedo ser peor — Me amenazó. — Ya veremos quién se rinde ante quien — Le dije. — Baja los pies y ponte el cinturón — Volvió a ordenarme. Yo voltee a mirarlo, el tenía la mandíbula apretada. — Si sigues apretando de esa manera la mandíbula, te vas a partir los dientes, asi que relájate, que este tiempo que viviremos juntos será muy largo — Le dije. Caesar bajo mis piernas del salpicadero y se cernió sobre mi, su rostro amargado quedó a centímetros del mío. — No eres mi hermana, así que no seré condescendiente contigo, y si nuestro tiempo juntos será largo, es mejor que lo hagamos lo más ameno posible — Me dijo. Él me puso el cinturón de seguridad rápidamente y después se acomodo en si asiento. — Pórtate bien y me portare bien contigo — Me dijo y arrancó. — Tu no eres mi padre, así que no tengo porque aparentar contigo, ten miedo de mi, que solo has conocido la superficie de mi personalidad — le dije. Caesar volteo a verme y después volvió la vista al camino. — Me gustan los retos, y tú serás uno que disfrutaré muchísimo — Me dijo. Este tipo de verdad que tenía mucha confianza, pero yo iba a destruirlo por completo. — Ya veremos rinoceronte — Le dije. Me acomode en el asiento y me puse los cascos, escuchar música me relajaba y también me hacía pensar, ahora necesitaba un buen plan para joderle la existencia mientras esté viviendo conmigo. * Ese mismo día Caesar me llevo a su apartamento, bastante soso siendo sincera, a las paredes les faltaba algo de color, unos muebles más modernos, y obviamente yo iba a cambiar varias cosas de este lugar. — Tu cuarto está al fondo, aquí no acepto a otras personas, a menos que sea mi hermana y tú otra amiga — Me dijo. — ¿Entonces estaré aquí sin sexo? — Le pregunté. César se acercó a mí y me miró a los ojos. — El único que puede tener sexo aquí soy yo, ahora lleva tu maleta a la habitación — Me pidió. — Llévala tu, estoy muy cansada para hacerlo — Le dije. Camine a la habitación de Caesar y entre, el corrió tras de mi y me saco de allí arrastrandome . — No tienes permitido entrar en mi habitación — Me dijo de mal humor. — Ve a tu cuarto y lleva la maleta — Volvió a decir. Yo camine a mi habitación pero lo lleve la maleta. Un par de segundos después entro Caesar furioso con mi maleta en la mano, el la tiró en el puso y se dió la vuelta para irse. — ¡Gracias! — Le grite. Camine a la cama y me tire, mire el techo por un momento y después me levanté. — ¡Caesar! — Grite a todo pulmón. Él entro a la habitación corriendo. — ¿Puedes subir la maleta a la cama? — Le pedí. Él recogió la maleta y la lanzó a la cama, yo tuve que apartarme, porque si no lo hacía iba a terminar golpeada. — Siempre a la orden — Me dijo y se fue dando un portazo. Yo empecé a sacar mi ropa de la maleta, ropa que obviamente yo no había empacado, aún no podía creer que mis padre hayan planeado un viaje sin mi, y lo peor era que me dejaron con ese idiota. Dejé la ropa en la cama y corri a buscar a Caesar, esto no era una coincidencia, ellos estaban tramando algo y era obvio que nos involucraba a Caesar y a mí. César estaba en la cocina tomando un vaso con agua. — Como me pidas algo mas te juro que te lanzó por la ventana — Me dijo de mal humor. — Creo que papá quiere que nosotros tengamos algo — Le dije. Caesar dejo el vaso a un lado y me miró. — Pues tú papá está loco, yo jamás me metería con una niña tan insoportable como tú — Me dijo. Yo puse los ojos en blanco. — El sentimiento es mutuo, pero piensa un poco, ¿de verdad crees que mi padre me dejaría aquí sin más? — Le dije. Caesar quedó pensantivo por un momento y después puso mala cara. — Tu tienes prohibido salir embarazada mientras te estoy cuidando — Me dijo. Este tipo de verdad que era un idiota. — Entonces cuídame bien, porqué soy capaz de embarazarme solo por joderte, y te juro que diré que eres el padre — Le dije. A Caesar se le desencajo la cara de la rabia, y que bien se sentia hacerlo cabrear. — No creo que seas tan idiota para embarazarte solo por joderme — Me dijo. — Lo haré, y no por ti, lo haré porque de esa manera conseguiré mi libertad, así que cuídame muchísimo Caesar, porque puede que termines criando al hijo de otra persona — Le dije para asustarlo. — Te llevaré y recogeré de la Universidad — Me dijo. — como quieras, me da igual, ¡pero ojo! En las universidades también se folla — Le dije con malicia. — ¡Ve a tu habitación ya! — Me ordeno. Yo lo mire de pies a cabeza y sonreí malévolamente. — Cuídame Caesar, cuídame mucho — Le dije entre risas. Me di la vuelta y me fui a mi habitación, tenía que planear cómo iba a molestarlo el tiempo que estemos juntos.
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