8
Las chicas y yo salimos del aula de clases, yo tenía sueño y hambre, así que me iba a ir directamente a la casa.
— Chao niñas — Les dije apenas salimos del campus de la universidad.
— ¿Que hace Caesar aquí? — Preguntó Barbie.
Yo me detuve en seco y mire al tipo, el estaba a un lado de su coche hablando por teléfono, hoy estaba vestido con un traje a la medida color n***o, la luz del sol se reflejaba en su cabello castaño haciendo notar un par de motas doradas en el.
— Tal vez viene a verte a ti — Le dije.
Barbie le gritó y el volteo a vernos.
— Tu hermano es muy sexy — Dijo Clau.
— claro que no — Respondí de inmediato.
Caesar empezó a caminar a nosotros, él llegó, le dió un beso en la cabeza a Barbie y saludo a Clau.
— Vámonos — Me dijo mirándome a los ojos.
— ¡Estás loco! — Le dije.
Caesar envolvió su brazo en mi cintura y me levanto.
— Nos vemos hermanita — Le dijo él.
Barbie y Clau me quedaron mirando sin comprender, pero es que yo tampoco estaba comprendiendo de qué va todo esto.
— Bájame rinoceronte — Le exigí.
— Desde ahora eres mi responsabilidad — Me dijo.
— ¿De que hablas? — Le pregunté.
Él me bajo frente a la puerta del copiloto y me miró.
— Tu padre me pidió que te cuidara y eso es lo que haré, desde hoy quiero que me veas como una autoridad — Me dijo.
Yo empecé a reír, este tipo estaba demente.
— Que te den por culo — le respondí.
— Empezamos mal, ahora sube al coche que voy a explicarte cómo son las cosas en mi apartamento — Me dijo.
Yo intenté apartarme, pero él me lo impidió.
— ¿Como que en tu apartamento? — Le pregunté.
Caesar sonrió ampliamente.
— Viviremos juntos hasta que tus padres regresen — Me dijo.
No puedo creer que mi padre me deje con cualquier persona, este tipo podía ser un abusador.
— Tengo mi casa, así que te jodes — le dije.
Caesar sonrió y me agarró de la cintura, atrayendome lentamente a él.
— Eres mía por el tiempo que tus padres estén fuera del país — Me dijo.
Yo lo empuje apartandolo de mi.
— Voy a j***r tanto, que cuando me veas saldrás huyendo de mi — Le dije amenazante.
— Crié a Barbie, lidiar contigo es pan comido — Me dijo.
Yo me di la vuelta, abrí la puerta del coche golpeado su abdomen y después entre.
Baje la ventanilla del coche y saque la cabeza.
— Si querías tener hijos, yo haré que esa ilusión desaparezca — Le dije con una sonrisa.
Me acomode en el asiento y puse los pies en el salpicadero.
Caesar entro al coche y me miró.
— Baja los pies y ponte el cinturón — Me ordeno.
— No — Le dije tajante.
— Si tú creías que tu padre era un dolor en el trasero, te voy a demostrar que yo puedo ser peor — Me amenazó.
— Ya veremos quién se rinde ante quien — Le dije.
— Baja los pies y ponte el cinturón — Volvió a ordenarme.
Yo voltee a mirarlo, el tenía la mandíbula apretada.
— Si sigues apretando de esa manera la mandíbula, te vas a partir los dientes, asi que relájate, que este tiempo que viviremos juntos será muy largo — Le dije.
Caesar bajo mis piernas del salpicadero y se cernió sobre mi, su rostro amargado quedó a centímetros del mío.
— No eres mi hermana, así que no seré condescendiente contigo, y si nuestro tiempo juntos será largo, es mejor que lo hagamos lo más ameno posible — Me dijo.
Él me puso el cinturón de seguridad rápidamente y después se acomodo en si asiento.
— Pórtate bien y me portare bien contigo — Me dijo y arrancó.
— Tu no eres mi padre, así que no tengo porque aparentar contigo, ten miedo de mi, que solo has conocido la superficie de mi personalidad — le dije.
Caesar volteo a verme y después volvió la vista al camino.
— Me gustan los retos, y tú serás uno que disfrutaré muchísimo — Me dijo.
Este tipo de verdad que tenía mucha confianza, pero yo iba a destruirlo por completo.
— Ya veremos rinoceronte — Le dije.
Me acomode en el asiento y me puse los cascos, escuchar música me relajaba y también me hacía pensar, ahora necesitaba un buen plan para joderle la existencia mientras esté viviendo conmigo.
*
Ese mismo día Caesar me llevo a su apartamento, bastante soso siendo sincera, a las paredes les faltaba algo de color, unos muebles más modernos, y obviamente yo iba a cambiar varias cosas de este lugar.
— Tu cuarto está al fondo, aquí no acepto a otras personas, a menos que sea mi hermana y tú otra amiga — Me dijo.
— ¿Entonces estaré aquí sin sexo? — Le pregunté.
César se acercó a mí y me miró a los ojos.
— El único que puede tener sexo aquí soy yo, ahora lleva tu maleta a la habitación — Me pidió.
— Llévala tu, estoy muy cansada para hacerlo — Le dije.
Camine a la habitación de Caesar y entre, el corrió tras de mi y me saco de allí arrastrandome .
— No tienes permitido entrar en mi habitación — Me dijo de mal humor.
— Ve a tu cuarto y lleva la maleta — Volvió a decir.
Yo camine a mi habitación pero lo lleve la maleta.
Un par de segundos después entro Caesar furioso con mi maleta en la mano, el la tiró en el puso y se dió la vuelta para irse.
— ¡Gracias! — Le grite.
Camine a la cama y me tire, mire el techo por un momento y después me levanté.
— ¡Caesar! — Grite a todo pulmón.
Él entro a la habitación corriendo.
— ¿Puedes subir la maleta a la cama? — Le pedí.
Él recogió la maleta y la lanzó a la cama, yo tuve que apartarme, porque si no lo hacía iba a terminar golpeada.
— Siempre a la orden — Me dijo y se fue dando un portazo.
Yo empecé a sacar mi ropa de la maleta, ropa que obviamente yo no había empacado, aún no podía creer que mis padre hayan planeado un viaje sin mi, y lo peor era que me dejaron con ese idiota.
Dejé la ropa en la cama y corri a buscar a Caesar, esto no era una coincidencia, ellos estaban tramando algo y era obvio que nos involucraba a Caesar y a mí.
César estaba en la cocina tomando un vaso con agua.
— Como me pidas algo mas te juro que te lanzó por la ventana — Me dijo de mal humor.
— Creo que papá quiere que nosotros tengamos algo — Le dije.
Caesar dejo el vaso a un lado y me miró.
— Pues tú papá está loco, yo jamás me metería con una niña tan insoportable como tú — Me dijo.
Yo puse los ojos en blanco.
— El sentimiento es mutuo, pero piensa un poco, ¿de verdad crees que mi padre me dejaría aquí sin más? — Le dije.
Caesar quedó pensantivo por un momento y después puso mala cara.
— Tu tienes prohibido salir embarazada mientras te estoy cuidando — Me dijo.
Este tipo de verdad que era un idiota.
— Entonces cuídame bien, porqué soy capaz de embarazarme solo por joderte, y te juro que diré que eres el padre — Le dije.
A Caesar se le desencajo la cara de la rabia, y que bien se sentia hacerlo cabrear.
— No creo que seas tan idiota para embarazarte solo por joderme — Me dijo.
— Lo haré, y no por ti, lo haré porque de esa manera conseguiré mi libertad, así que cuídame muchísimo Caesar, porque puede que termines criando al hijo de otra persona — Le dije para asustarlo.
— Te llevaré y recogeré de la Universidad — Me dijo.
— como quieras, me da igual, ¡pero ojo! En las universidades también se folla — Le dije con malicia.
— ¡Ve a tu habitación ya! — Me ordeno.
Yo lo mire de pies a cabeza y sonreí malévolamente.
— Cuídame Caesar, cuídame mucho — Le dije entre risas.
Me di la vuelta y me fui a mi habitación, tenía que planear cómo iba a molestarlo el tiempo que estemos juntos.